El presidente de EE.UU., Barack Obama, confirmó hoy la muerte del líder libio, Muamar el Gadafi, que aseguró que marca «el final de un capítulo largo y doloroso» y abre «una oportunidad para el pueblo libio para decidir su propio destino».
En una declaración en la Rosaleda de la Casa Blanca, Obama afirmó: «podemos decir de manera definitiva que el régimen de Gadafi ha llegado a su fin».
«No nos engañamos: el camino de Libia hacia la democracia será largo», reconoció Obama e instó a los libios a respetar los derechos humanos y a poner a buen recaudo las armas pesadas en el país.
EE.UU., aseguró, está comprometido con un futuro de ese país que incluya la «libertad, dignidad y oportunidad» para todos.
En su breve declaración, tras la que no aceptó preguntas, el presidente estadounidense subrayó que la muerte de Gadafi envía un «claro mensaje» al resto de la región, escenario de levantamientos contra regímenes corruptos.
Según indicó, la desaparición del dictador pone en evidencia que «el mandato con un puño de hierro siempre llega a su fin» y que «quienes intentan perpetuarse en el poder no tendrán éxito».
El presidente estadounidense alabó el papel desempeñado por los militares y diplomáticos de su país y aseguró que los objetivos se lograron mediante la colaboración con los aliados y sin que ni un solo soldado de EE.UU. pisara suelo libio.
Estados Unidos lideró inicialmente en marzo la operación para imponer una zona de exclusión aérea y proteger a los civiles en Libia del ataque de las tropas gadafistas, aunque en abril traspasó el mando a la OTAN.
Según indicó Obama en su alocución, esa misión de la OTAN «concluirá ya pronto».
La Alianza tiene previsto reunirse mañana mismo para recomendar el fin de sus incursiones aéreas.
Gadafi, quien accedió al poder en 1969, falleció en circunstancias aún no esclarecidas durante la toma de su ciudad natal, Sirte, uno de los bastiones gadafistas que más han resistido a los rebeldes durante el conflicto que estalló el pasado 17 de febrero.