Steve Jobs, uno de los fundadores de Apple, ha fallecido esta noche a los 56 años después de perder la batalla contra el cáncer y otros problemas de salud, según ha anunciado la propia compañía.
«Apple ha perdido a un genio visionario y creativo y el mundo ha perdido a un asombroso ser humano», ha informado la empresa a través de un escueto comunicado en su página web. «Aquellos que hemos tenido la suerte de conocer y trabajar con Steve hemos perdido a un querido amigo y a un mentor. Steve deja atrás una compañía que sólo él podría haber construido y su espíritu estará siempre en la base de Apple», añade la nota de la compañía, que ha incluido una fotografía de Jobs en su página de inicio a modo de homenaje a uno de sus creadores.
Jobs anunció el pasado mes de agosto su renuncia al puesto de consejero delegado que ocupaba en la empresa por motivos de salud y nombró como sucesor a Tim Cook. El ejecutivo había estado ocho meses de baja, desde comienzos de año, por motivos médicos.
No era la primera vez que Steve Jobs se veía obligado a relegar sus funciones en la empresa a causa de su salud. Antes, en 2004, un cáncer de páncreas lo tuvo apartado varios meses del trabajo.
Desde entonces, las especulaciones sobre su estado no han cesado. En 2009 una nueva complicación le volvió a alejar de sus funciones en Apple. En esta ocasión sufrió un desajuste hormonal que comunicó en enero del mismo año y que se prolongó seis meses, lo que tardó Jobs en recuperarse de un trasplante de hígado.
Jobs es considerado el autor intelectual de exitosos productos de Apple como el teléfono móvil iPhone y el reproductor de música iPod.
En 1976 fundó la compañía junto a Steve Wozniak y Ronald Wayne, y jugó un papel fundamental en la revolución de los ordenadores personales. En 1985 fue expulsado de la empresa, lo que provocó una caída en los ingresos de Apple, que se revirtió sólo con su regreso en 1996.