El intento de golpe de Estado del 30 de septiembre, no tiene registros oficiales de las pérdidas económicas exactas que se produjeron ese día. Sin embargo, un cálculo de la Cámara de Industriales de Guayaquil determinó pérdidas por alrededor de $156 millones para el sector productivo a nivel nacional, en base al Producto Interno Bruto (PIB).
Asimismo, estadísticas del Banco Central del Ecuador (BCE) muestran que durante la jornada del 30-S se produjo un aumento de 200 puntos en el indicador de riesgo-país, un medidor que refleja las condiciones socioeconómicas y políticas de un país, sobre todo para los inversionistas.
Este incremento se originó por el nerviosismo generado hacia los agentes económicos internos y externos debido a la crisis, según analistas.
El expresidente del gremio de industriales Xavier Durán, dijo que en el 30-S se afectó el normal desenvolvimiento económico y se alejó la inversión privada local y extranjera.
Recordó que hubo inconvenientes en las exportaciones debido al cierre de vías, pues muchos de los productos que salen de varias provincias del Ecuador no pudieron llegar a los puertos de embarque.
El cierre del aeropuerto Mariscal Sucre de Quito provocó pérdidas para el sector florícola por $1,2 millones, pues sólo ese día no fue posible enviar al exterior 350 toneladas de flores, confirmó Ignacio Pérez, representante de Expoflores.
Otro reporte de la Cámara de Comercio de Guayaquil confirmó que en el caso del principal puerto económico del Ecuador se produjo un perjuicio por más de $25 millones, a lo que se suma la pérdida que provocaron los saqueos en la ciudad, de los cuales aún no hay registros consolidados.
Aquel día, los policías encargados de vigilar las ciudades se retiraron de sus labores y dejaron a la población expuesta a riesgos múltiples, especialmente delincuencial.
El presidente de la Federación Nacional de Cámaras de Comercio, Blasco Peñaherrera, aseguró que las pérdidas que más afectarán al Ecuador fueron en “imagen y seguridad del país”.
Recalcó que los millones (de dólares) se recuperan, “pero la imagen que se dio al mundo no. Eso afecta a las inversiones, e inclusive a la llegada de más turistas”.