La Interpol emitió una orden de detención contra el líder libio Muamar al Gadafi, su hijo Saif al Islam y su cuñado Abdulá al Senusi, ex director de la inteligencia militar del régimen.
El anuncio se produce después de que ayer el fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Luis Moreno Ocampo, pidiera a Interpol que lanzara esa orden con el fin de detener al líder libio Muamar el Gadafi por supuestos crímenes contra la humanidad.
La Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) señala en un comunicado que esa notificación ha sido enviada a los 188 países miembros.
En ella se incluyen datos de identificación e información judicial de esas tres personas y, según el secretario general de la organización, Ronald K. Noble, «restringirá de manera significativa su capacidad de cruzar fronteras internacionales».
Esa orden de captura u «alerta roja» fue considerada además una herramienta «potente para ayudar a la localización y arresto» de Gadafi y de los otros dos implicados, reclamados por la CPI por su supuesta responsabilidad en la represión violenta de las revueltas de insurgentes en el país.
«En lo que respecta al cuartel general de la Interpol, Gadafi es un fugitivo», añade el comunicado, que señala que la organización policial cooperará con la CPI y con las autoridades libias representadas por el Consejo Nacional de Transición (CNT) para detenerle.
Esa circular tiene como fin el arresto provisional de una persona que está siendo buscada con vistas a su extradición o su traslado a una corte internacional, y su publicación implica que la Interpol actualizará todos los datos de inteligencia relevantes para asegurarse de que se les localiza, detiene y entrega.
«Detener a Gadafi es una cuestión de tiempo. Al solicitar que Interpol lance esa circular la CPI se asegura de que la petición de detención de Gadafi está en manos de las fuerzas de cumplimiento de la ley en todo el mundo», dijo Ocampo en declaraciones recogidas por ese comunicado.
Interpol recordó hoy que ya el pasado marzo avisó a las policías del mundo, a través de la llamada «alerta naranja», sobre las medidas internacionales adoptadas contra Gadafi y otras 15 personas, entre miembros de su familia y allegados, para facilitar la aplicación de las sanciones de la ONU y colaborar con la investigación puesta en marcha por la CPI.