Los italianos acataron una huelga general convocada por el principal sindicato, el CGIL, en protesta por las medidas de ahorro aprobadas por el gobierno del primer ministro Silvio Berlusconi para combatir el déficit.
La huelga de ocho horas coincide con el inicio en la Cámara Alta del Parlamento, el Senado, de un debate sobre el plan de ajuste por 45 500 millones de euros (64 000 millones de dólares) anunciado el mes pasado para intentar calmar los temores en el mercado de un impago de la deuda pública.
CGIL y otros críticos como el Partido Democrático, de centro izquierda, alegan que el plan golpeará a las familias más pobres y no logrará introducir reformas que conduzcan al crecimiento económico, refiere el cable de la agencia Andina.
El gobierno revisó la semana pasada algunas partes del plan, abandonando el “impuesto de solidaridad” a la mayores fortunas o reduciendo los recortes de fundación a los gobiernos regionales.
El ministro de Economía, Giulio Tremonti, dijo que la pérdida de ingresos por el recaudo del impuesto solidario será compensado por una lucha más decidida contra le evasión fiscal.
El paquete pretende también persuadir al Banco Central Europeo de la fortaleza italiana y de su deuda, ante el miedo de contagio de la crisis de deuda de Grecia. Los analistas habían advertido quela tercera mayor economía de la Eurozona no podría sostener el nivel actual de deuda.