Heridos y familiares de quienes murieron el pasado 30 de septiembre, durante la sublevación policial, iniciaron desde este jueves una cruzada para “buscar justicia”. Esta se prolongará por todo el mes.
Ayer se reunieron frente al Hospital de la Policía, cerca del sitio en donde cayó el policía Froilán Jiménez, para demostrar su inconformidad con la falta de sanciones.
Jorge Cisneros, uno de los heridos, relató que recibió 97 perdigones por parte de los uniformados y que después de un año, 60 municiones aún se encuentran dentro de su cuerpo.
“Yo intentaba fotografiar la entrega de armas que hacían los uniformados atrás del GOE (Grupo de Operaciones Especiales)”, contó Cisneros.
Asimismo, en una entrevista televisiva, insistió en que los ciudadanos que llegaron hasta el Hospital de la Policía lo hicieron “en marcha pacífica” y desarmados.
“Me disparan en el momento en que estoy llevando a una señora fuera de la línea de fuego. Ahí me dieron, estaban con el rostro cubierto”, detalló Cisneros al añadir que aún no se ha castigado a quien lo hirió.
Después de los hechos, al menos 20 personas se agruparon para buscar justicia. Se reúnen permanentemente y estudian alternativas legales para resolver sus casos. Una de ellas es Olga Fernández, la madre del estudiante fallecido Juan Pablo Bolaños. “Mi hijo está, le dieron balazos. Tiene que hacerse justicia”.
Fernández recordó que aún están en pie de lucha, “demostrándoles los hechos, que son innegables”.
El día de la revuelta unas 250 personas resultaron heridas y ocho fallecieron.