Apenas 15 de cada 100 ecuatorianos tienen acceso a las salas de cine de los centros comerciales, mientras que el resto de la población jamás ha ido a una sala de esos sitios, revela un informe del Consejo Nacional de Cinematografía del Ecuador (CN Cine).
El documento del CN dice que ese 85 por ciento que no conoce una sala, se debe a que en su localidad no existen estos puntos de comercio y entretenimiento, o simplemente porque no acostumbran a ir a los centros comerciales.
Las salas tradicionales o unitarias han desaparecido desde los años noventa, para dar paso a las salas múltiples, que hoy están en boga, especialmente en los centros comerciales.
“Hoy la tendencia está vinculada a las salas múltiples, mientras que las emblemáticas e históricas salas de cine se fueron cerrando. Y desde 1997 la tendencia dominante está en los centros comerciales”, explica José Luis Serrano, director del Consejo Nacional de Cinematografía del Ecuador (CN Cine).
El pasado 16 de agosto, el actor mexicano Damián Alcázar, quien actuó en el filme ecuatoriano ‘Crónicas’, de Sebastián Cordero, lanzó la idea de crear salas de cine en los países iberoamericanos, para que se proyecte exclusivamente nuestra producción.
“La idea no es de ahora ya existe la propuesta a escala regional”, aclaró Jorge Luis Serrano. Sin embargo, explica que existen complicaciones de orden social y financiero.
El Estado podría proyectarse a tener su propio sistema de multisalas para cine iberoamericano, pero los costos de administración y mantenimiento son altos, y tendrían que ser absorbidos por alguna institución pública, sin dejar de lado lo que significa la inversión de la infraestructura.
Esa opción ya ha sido planteada por la Conferencia de Autoridades Cinematográficas de Iberoamérica (CACI), con un potencial crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) de 13 millones de dólares para construir en las capitales de América Latina salas que sean de exclusividad del cine iberoamericano.
El cine estadounidense tiene una preeminencia grande en el Ecuador “y tiene ocupado los mercados del mundo entero, especialmente del hemisferio occidental, por una organización vertical de la forma de la distribución”, indicó Serrano a la agencia Andes.
Una solución puede ser, propone Serrano, leyes de imponer cuotas de pantalla, para que se proyecten un porcentaje de películas latinoamericanas, aunque los “resultados serán ambivalentes, porque al final es el público es el que decide qué cine quiere ver”.
Con ello, Serrano acude al mecanismo legal para enfrentar el tema de la distribución, aunque recuerda que de alguna forma sí existe la opción del cine-arte en el país, con los núcleos de la Casa de la Cultura Ecuatoriana. “Se pueden realizar cine foros, programaciones y armar un circuito alternativo, que tenga impacto positivo”, comentó el titular de CN Cine.
Este problema en el tema de la difusión de cine, que es de segundo piso, como denomina Serrano, también tiene que ver con que el país debe privilegiar necesidades sociales en materia de salud y educación. “Es difícil conseguir recursos para este tipo de inversiones hacia el consumo cultural, que es importante, pero frente a las necesidades más básicas de la población se quedan de lado”.