El Consejo de Derechos Humanos (CDH) de la ONU aprobó una resolución en la que solicita investigar supuestos crímenes contra la humanidad en Siria, de los cuales acusa a las autoridades del país.
El documento fue adoptado con la oposición de Rusia, China, Cuba y Ecuador, que consideraron a la iniciativa como un mecanismo con fines destructivos y dirigido a desestabilizar la situación en la nación árabe.
Otros nueve miembros del Consejo se acogieron a la abstención, mientras 33 votaron a favor.
Según la prensa acreditada en Ginebra, Estados Unidos y la Unión Europea expresaron beneplácito por la aprobación del texto, aunque mostraron preocupación por el contundente rechazo de Rusia y China, países con derecho al veto en el Consejo de Seguridad de la ONU.
En la sesión de debate, Moscú y Beijing instaron al CDH a respetar la Carta de Naciones Unidas referida a las normas internacionales, el respeto a la soberanía de las naciones, su independencia y su integridad territorial.
Por su parte, el embajador de Siria ante la ONU en Ginebra, Faisal al-Hamwi, rechazó el informe presentado la víspera por el Alto Comisionado de Derechos Humanos de ese organismo, el cual responsabiliza a su país por los presuntos crímenes.
Al-Hamwi calificó el texto de sarta de mentiras y una evidente sumisión a la voluntad de algunos Estados hostiles a su nación.
Para el diplomático, el informe constituye un reflejo de la presión y campaña sin precedentes a las que ha estado expuesto su país por parte de varias potencias occidentales, principalmente, para debilitar a las autoridades de Damasco.
En varias ocasiones Siria denunció que los desórdenes de las últimas semanas en algunas provincias del país son protagonizados por “elementos extremistas armados que gozan del apoyo de fuerzas extranjeras”.