Los productores arroceros están desesperados por las plagas que azotan sus cultivos. Aseguran que se ha disminuido este año la producción por hectárea en un 40%. El caracol manzana y la cinta blanca son las plagas que están azotando los sembríos en la provincia del Guayas.
El Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap), junto con la Agencia Ecuatoriana de Aseguramiento de la Calidad del Agro (Agrocalidad) y el Instituto Nacional Autónomo de Investigaciones Agropecuarias (INIAP) están angustiados con la arremetida del caracol y proponen medidas culturales para controlarlo.
El caracol manzana (Pomacea canaliculata) se propaga con rapidez en la provincia del Guayas y también se lo reporta en Manabí. Los plaguicidas compuestos con endulsolfán que están aplicando en sus cultivos los agricultores, han hecho que varias especies nativas estén desapareciendo y resurjan las plagas como la cinta blanca. Los productores solicitan la pronta intervención del Gobierno para evitar que se sigan perdiendo las hectáreas cultivadas de la gramínea y con ello el deterioro económico del sector.
Julio Carchi, presidente de la Asociación de Arroceros del Plan América Lomas, en Daule, manifestó que la productividad ha bajado en un 35 y 40% en la zona, que era muy rentable, donde se tenía un índice de producción de entre 5 y 6 toneladas por hectárea, pero que hoy está en tres toneladas.
El dirigente arrocero señaló que el área de influencia del río Daule es de cerca de 90.000 hectáreas, que le daba al país la seguridad alimentaria para comer sin problemas por cuatro meses. Recalcó que habrá producción de arroz en Guayas, no vamos a tener escasez, pero sí bajará la productividad de la gramínea.
“Si antes producíamos 60 sacas por hectárea, hoy producimos 35. La incidencia es bárbara, factores como el caracol, la cinta blanca y amarilla han sido duros para el sector arrocero”, dijo Carchi, al tiempo que aspira que el Gobierno asuma su responsabilidad a través del Magap y solucione este problema.
En Santa Lucía los daños ocasionados, en especial por la cinta blanca, mantienen en alarma a los socios de la Junta de Usuarios de El Mate, que agrupa a 600 pequeños agricultores y cuenta con 1.200 hectáreas de cultivos de arroz.
La cinta blanca es la enfermedad viral que más ha afectado hasta ahora el arroz en América Latina. En la planta los daños se manifiestan en la reducción del macollamiento y de la altura de la hoja. Cuando el ataque del insecto vector es severo, hay producción de fumagina y secamiento descendente de la hoja, que es más notorio cuanto más joven sea la planta.
Límber Peña, presidente de la Junta, dijo que todos los cultivos de los socios están llenos de cinta blanca. Según Peña, la utilización de muchos químicos en el combate al caracol ha debilitado los suelos y ha eliminado los microorganismos que evitaban la presencia de la cinta blanca en la planta de arroz. “En este año el caracol y la cinta blanca están acabando con la producción de arroz. Estamos trabajando a pérdida. Queremos que el Gobierno nos envíe técnicos y nos ayude a recuperar la producción”, subrayó.
La situación que viven los agricultores de Naranjal es dramática. En sus parcelas se evidencia el destrozo que ha ocasionado el caracol manzana, que por millones ha invadido sus tierras y los canales de riego. Los productores analizan la posibilidad de dejar de sembrar la gramínea durante varios meses y optar por otros alimentos que no sean afectados por la plaga.
Según Luis León, presidente de la Asociación Santa Cecilia del cantón Naranjal, los caracoles tienen a mal traer a los productores arroceros que ven sus hectáreas llenas del molusco. “Cerca del 50% se ha reducido la producción en nuestras tierras. Si antes gastábamos 500 dólares por hectárea, ahora invertimos 800, aumentando los costos de producción”, dijo León, el cual reconoció el uso indiscriminado de agroquímicos para eliminar las plagas. Según los productores, varios peces como la viejita, el barbudo, tilapia, guanchiche, la pica, el lampón y el pájaro caracolero se han extinguido de la zona por el uso de químicos en sus cultivos.
ARROCEROS RECONOCEN MAL USO DE AGROQUíMICOS EN CULTIVOS
Los arroceros reconocen el mal uso de agroquímicos para eliminar al caracol manzana. Julio Carchi afirmó que si antes utilizaban medio litro de Thionex (producto prohibido en varios países) hoy aplican dos litros por tanque de 200 litros eliminando todos los insectos benéficos. “Por lo tanto las consecuencias se nos vienen y queremos evitar un problema, un desastre para todo el sector arrocero”, dijo el dirigente.
Claro Montoya, pequeño productor, mencionó que necesitan ser capacitados para no seguir utilizando productos que afectan el ecosistema y reactivar plagas que desde hace muchos años ya se habían extinguido de las zonas arroceras.
El Ministerio de Ambiente tomará medidas frente a este mal uso de agroquímicos que está atentando contra el ecosistema. Silvia del Campo, directora provincial de Ambiente, recalcó que en el momento que reciben denuncias de que existe alguna anomalía que afecte de cualquier forma al ecosistema, hacen una inspección y elaboran el informe técnico respectivo y lo remiten al ente acreditado. En este caso la Prefectura del Guayas para que inicie los procesos administrativos.
Del Campo afirmó que una vez que se conozca el caso a través de este reportaje, el Ministerio dialogará con las otras instituciones para ver qué acciones nos corresponde tomar al respecto. “Con el material que ustedes van a publicar haremos un seguimiento y enviaremos a nuestros técnicos a hacer las inspecciones y de pronto también la toma de muestras para remitirlas a los laboratorios”, dijo.
La funcionaria aseguró que después que tengan los informes de los laboratorios y de sus técnicos podrían iniciar los procesos contra las compañías que “a sabiendas de que están cometiendo un acto que atenta contra el ecosistema, ya que están violentando de alguna forma el convivir de cada uno de los ciudadanos de ese sector, venden estos productos”.
Según Rafael Horna, agrónomo especialista en Biotecnología, el uso indiscriminado de agroquímicos causa enormes daños al ecosistema y al ser humano. “Es gravísimo lo que está pasando en los senderos y ríos de las zonas arroceras. Las personas que viven en estos sectores están comiendo peces con pesticidas”, dijo el experto, que se mostró preocupado debido a que estamos consumiendo algunos alimentos que contienen residuos químicos.
El endulsolfán, que está prohibido en muchos países, es un líquido muy fuerte y se lo utiliza en grandes cantidades en los cultivos de arroz.
INSTITUCIONES PROMUEVEN LAS MEDIDAS CULTURALES
Imelda Félix, responsable del área fitosanitaria de Agrocalidad, afirmó que en 2009 ya detectaron la presencia del caracol manzana y han venido trabajando, pero lamentablemente este molusco encontró en el país el ambiente necesario para él reproducirse. Un caracol puede llegar a depositar hasta 1.200 huevos, el ciclo de vida hasta llegar a adulto es de dos meses y llega a vivir hasta 9 años.
“Hay un uso indiscriminado de agroquímicos, están utilizando muchos productos a base de endulsolfán, y lo que está ocasionando es que aparezcan nuevas plagas o mejor dicho resurgiendo nuevas plagas. Enfermedades que antes eran secundarias, hoy están comenzando a ser plagas”, indicó Félix.
Explicó que la aparición de la hoja blanca se da por el uso indiscriminado de agroquímicos que está eliminando muchos controladores biológicos . “El mal uso de plaguicidas está eliminando los enemigos benéficos de todas las plagas”, dijo Félix.
Las partes más afectadas son Samborondón, Daule, Naranjal, El Triunfo, Santa Lucía, Balzar, entre otros cantones de la provincia donde Agrocalidad está monitoreando constantemente la situación. Las condiciones climáticas están haciendo que el caracol se desarrolle más y se vuelva más complejo para la eliminación de la plaga.
La responsable del área fitosanitaria de Agrocalidad enfatizó que el agricultor tiene que aprender a convivir con la plaga; manejar los niveles de agua y la recolección es lo indicado para controlarla.
“Nosotros recomendamos medidas culturales, el agricultor tiene que empezar a manejar en los cultivos niveles de agua, que es lo más importante, porque el caracol necesita del líquido para poderse dispersar”, informó Félix, quien reconoció que en el país hace falta una ley que regule la venta de agroquímicos.