Datos de la Fiscalía General del Ecuador revelan que en el primer semestre del año han sido presentadas 1 360 denuncias por fraude electrónico.
Según la Fiscalía, este tipo de delito registra una tasa ascendente. En el 2009 hubo 168 denuncias, en el 2010 la cifra aumentó a 2 099 y tan solo en el primer semestre del 2011 ya se han registrado 1 360.
Los robos van desde los USD 100 hasta los USD 45 mil, por lo que la Unidad de Delitos Financieros estima que en el primer semestre del 2011 el total de estafas podría superar el millón de dólares.
Los delitos electrónicos más comunes son: el “phishing” o robo de identidad a través de la suplantación de correos electrónicos; el “skimming”, que clona la banda magnética de las tarjetas de crédito y de débito; y el “carding” que utiliza el número de tarjeta para hacer compras en el extranjero.
También existe la manipulación de software para engañar al usuario y la técnica comocida como “del salami”, que es difícil de identificar porque de centavo en centavo se extrae dinero de diferentes cuentas bancarias.
La Superintendencia de Bancos y la Fiscalía aprobaron una resolución, que desde el 2011 obliga a las instituciones del sistema financiero a restituir el patrimonio de quienes han sido estafados por vía electrónica.
Según esta resolución, las instituciones deben restituir el 100 % del robo cuando los valores van de USD 1 a USD 2 000, cuando van de USD 2001 a USD 10 mil es reconocido el 80 % y si el fraude sobrepasa los USD 10 mil debe ser reconocido el 60 %.
Durante esta semana se presentaron dos denuncias por delito electrónico. La primera perjudica a funcionarios del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social por alrededor de USD 20 mil.
La otra denuncia es por el perjuicio a por lo menos 200 personas e involucró al Consulado de Estados Unidos, a través de la suplantación de documentos norteamericanos, con los que una red de estafadores pedía dinero a través de internet por la venta de bienes inmuebles.
Inclusive se registró el caso de una periodista ecuatoriana de cuya cuenta fueron retirados USD 420 dólares desde un cajero en el Perú.