La completa reconversión del planeta para un consumo de energía con tecnologías «verdes» costará 76 billones de dólares (52 billones de euros) hasta 2050, según el cálculo difundido este martes por el Consejo Económico y Social de la ONU (ECOSOC).
En los próximos 40 años, algo más de la mitad de esa cifra, equivalente a 1,1 billones de dólares o 700.000 millones de euros anuales, habrá que invertirlos en los países en desarrollo para cumplir con su creciente demanda de alimentos y energía, de acuerdo con el informe presentado en Ginebra, donde esta semana se celebra la reunión anual del ECOSOC.
El subsecretario general de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, Sha Zukang, subrayó la necesidad de llevar a cabo este cambio «lo antes posible» para «poner fin a la pobreza y revertir los efectos catastróficos del cambio climático».
Zukang admitió que la tarea es «ardua», ya que en la actualidad se invierten al año tan sólo 100.000 millones de dólares (70.000 millones de euros) en tecnologías ecológicas, y recordó que 30 o 40 años es muy poco tiempo para lograr una transformación tecnológica de tal envergadura, dado que las principales transiciones anteriores en esta materia ocurrieron en un plazo de 70 o 100 años.
«El cambio tendría el mismo impacto socioeconómico que la primera revolución industrial», afirmó.
En el informe se recuerda que desde la primera revolución industrial la renta mundial y la población se han incrementado exponencialmente, lo que ha conducido a una demanda de energía y a una producción de deshechos sin precedentes, que ha llevado al límite la capacidad del planeta de soportar tal carga.
Actualmente el 90 por ciento de la energía se genera mediante combustibles fósiles, responsables del 60 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono (CO2).
Sin embargo, el 40 por ciento de la humanidad (unos 2.700 millones de personas) depende de combustibles tradicionales de biomasa, como madera, estiércol y carbón, para cubrir sus necesidades energéticas y el 20 por ciento no tiene acceso a la electricidad, principalmente en el áfrica subsahariana.
Según el informe, el cambio hacia energías verdes es «fundamental» para lograr unos niveles de vida decentes en los países en desarrollo, especialmente entre los 1.400 millones de personas que viven en extrema pobreza y los 2.000 millones de personas adicionales que se espera que habiten el planeta para 2050.
Para conseguir la seguridad alimentaria de una población mundial en continuo crecimiento, la producción de alimentos debería incrementarse a su vez entre un 70 y un 100 por cien de aquí a 2050, por lo que Zukang destacó la urgencia de elevar la producción agrícola de manera sostenible desde un punto de vista ecológico.
Zukang explicó que la agricultura moderna representa alrededor de un 14 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero y ha causado el 17 por ciento de la deforestación mundial.