Cualquier ciberataque contra Estados Unidos será considerado un acto de guerra, según la estrategia defensiva que aplica hoy el Pentágono.
Para el Departamento de Defensa una presunta embestida a través de las redes de computadoras, que sea una amenaza para las vidas de los civiles se tratará como un acto de agresión.
En ese sentido, definen que las respuestas se harán si peligraran, por ejemplo, los suministros de energía, los servicios en los hospitales y los sistemas de emergencia del país, destaca un artículo publicado en la edición digital del periódico The New York Times.
Funcionarios del Gobierno, en comentarios durante los últimos dos años, han sugerido que el presidente podría evaluar una variedad de respuestas ante supuestos hechos de esa naturaleza.
Estiman que son posibles las sanciones económicas, la ofensiva informática hasta la agresión militar, precisa el rotativo.
En preguntas sobre política funcionarios de la administración y el Ejército reconocieron al diario The Wall Street Journal que la estrategia ha sido «deliberadamente ambigua que no están claros acerca de cuánto poder de disuasión tendrá».