El enemigo número uno de EEUU, Osama bin Laden, murió en las cercanías de Islamabad en una operación «de precisión quirúrgica» a manos de un puñado de operativos estadounidenses, informaron altos funcionarios que describieron las circunstancias bajo la condición del anonimato.
En la operación, que apenas duró cuarenta minutos desde la llegada de los estadounidenses al lugar hasta su partida, murieron cinco personas, incluido Bin Laden: cuatro hombres y una mujer, explicaron las fuentes.
Por su parte, fuentes del Congreso informadas por la Casa Blanca y citadas por los medios estadounidenses indicaron que Bin Laden murió de un disparo en la cabeza mientras se resistía con armas a su captura.
UN MENSAJERO: LA CLAVE
Después de que el presidente de EEUU, Barack Obama, anunciara anoche la muerte de Bin Laden y asegurara que «se ha hecho justicia», los altos funcionarios indicaron que los servicios de inteligencia estadounidenses habían sabido desde hace años que el líder de la red terrorista Al Qaeda se fiaba especialmente de uno de sus mensajeros y se sospechaba que vivía con él.
En noviembre, los agentes descubrieron que este mensajero residía en un complejo residencial, valorado en más de un millón de dólares, en Abbottabad, un enclave de lujo en las afueras de Islamabad (foto).
El complejo contaba con dos puertas de seguridad y muros de tres metros de alto coronados con alambre de espino y estaba construido específicamente para albergar a un objetivo de alto valor, añadieron las fuentes, que indicaron que a medida que la CIA se centraba en ese edificio más probable consideraba que se tratase del propio Bin Laden.
Para finales de abril se contaba con la certeza de que Bin Laden y su familia se refugiaban en ese lugar.
Durante la última quincena de abril, explicaron las fuentes, se constató que el dirigente terrorista no abandonaba el complejo.
Obama dio la orden de atacar el pasado viernes, 29 de abril. EEUU no compartió los datos de inteligencia sobre el paradero de Bin Laden con ningún otro país, ni siquiera con Pakistán, por cuestiones de seguridad, explicaron.
«Era esencial para mantener el secreto y la seguridad de la operación», indicaron las fuentes, que precisaron que el Gobierno estadounidense informó «a posteriori» pero de inmediato de los resultados de la operación a las autoridades paquistaníes y a los aliados estadounidenses.
«Siempre hemos dejado claro a las autoridades paquistaníes que estamos en guerra con Al Qaeda y que perseguiríamos a Bin Laden allá donde estuviera», explicaron los altos funcionarios, que subrayaron que EEUU ha mantenido «el mayor de los cuidados» en actuar dentro de la legalidad internacional.
Este domingo, un «pequeño grupo estadounidense», según las fuentes, penetró en el complejo donde se encontraba el terrorista más buscado del mundo.
La operación apenas duró unos cuarenta minutos, según las fuentes. Los estadounidenses, que llegaron al complejo en helicóptero, no encontraron fuerzas de seguridad locales.
Al entrar en el complejo tuvo lugar un tiroteo, a resultas del cual fallecieron Bin Laden, uno de sus hijos varones adultos y otros dos varones, presuntamente correos. Falleció también una mujer, que uno de los hombres quiso usar como escudo humano, y otras dos quedaron heridas.
Tras la operación, los operativos abandonaron el lugar nuevamente en helicóptero.
«Fue una operación de precisión quirúrgica, a manos de un equipo pequeño, para minimizar el daño a civiles presentes en el complejo o a residentes de lugares vecinos», subrayaron las fuentes.