Durante su enlace ciudadano, el presidente Rafael Correa señaló que sus declaraciones sobre la posibilidad de radicarse en Bélgica al terminar su mandato fueron utilizadas “con mala fe” por cierta prensa y oposición.
Recalcó que lo que dijo “sinceramente” es que después de acabar su mandato, sea en 2013 o si se lo permite Alianza PAíS y su familia, en 2017, tras aspirar a una reelección, se radicaría en Europa por dos razones.
“Son dos motivos, primero porque se lo debo a mi esposa, ella por amor se cruzo el océano (…) Para mí sería muy doloroso, se me quedaría el alma en mi país” y segundo porque “la sombra de Rafael Correa sería muy fuerte, yo no tengo ambiciones políticas de ninguna clase. Lo mejor sería separarme de la vida pública para que el nuevo Presidente pueda actuar bajo su criterio”, afirmó.
En ese sentido se refirió a la prensa que sacó de contexto sus declaraciones al señalar como un hecho dicha posibilidad. “Ya vinieron los malas fe. Ni hagan mucho relajo o me quedo aquí y les seguimos ganando las elecciones señores”, enfatizó.
“Que gente más mediocre, que miseria humana se ve en la política”, anotó.