Inspirados en las películas policiales de Hollywood, en Ecuador, dos quiteños se han dedicado a construir las denominadas cámaras de Gesell, que constan de cuartos separados por vidrios oscuros en los cuales los testigos de homicidios y asesinatos rinden sus declaraciones sin tener que dar la cara a jueces y fiscales.
Se trata de los hermanos Eduardo y Marcelo Valencia, quienes montan en las fiscalías y entidades policiales del país esta herramienta que, según la psicóloga Diana Regalado, se utiliza especialmente para los menores de edad que son víctimas de violaciones sexuales. Así, ellos rinden sus declaraciones y evitan el trastorno psicológico de tener que recordar las escenas ante otras personas.
La técnica conocida como cámara de Gesell, desde el año pasado funciona en la Fiscalía del Guayas.
Eduardo Valencia, quien es el mentalizador de la idea y propietario de la empresa Wirelessoft, creada en el 2004, explica que estas cámaras no son más que una habitación acondicionada para permitir la observación con personas, y está conformada por dos ambientes separados por un vidrio de visión unilateral, los cuales tienen equipos de audio y vídeo para la grabación de las versiones, que luego serán usadas como pruebas.
El empresario, de 33 años, comenta que la idea surgió, luego de las investigaciones que realizó su hermano Marcelo, quien indagó cómo se construía la tecnología y la utilidad; entonces se arriesgó a llevar adelante el proyecto en el Ecuador.
Hace un año se montó la primera cámara en la Fiscalía Provincial de Pichincha. Hasta el momento llevan 12 instalaciones en Quito, Ambato, Latacunga, Machala, Esmeraldas, Loja y Riobamba, y en una universidad de Cuenca. Actualmente construyen estas cámaras para el área de Seguridad Ciudadana del Ministerio del Interior.
El constructor, un ingeniero de sistemas, manifiesta que si bien los materiales son ecuatorianos, la técnica fue estudiada con base a las cámaras de Gesell de EE.UU.
Para instalarlas, primero se habilitan dos dormitorios; en el primero, en donde estarán los interrogados se ponen dos tipos de cámara de vigilancia, una llamada Pan Tilt Zoom (PTZ), que tiene un zoom (acercamiento), de 10 pixeles, que permite hacer acercamientos horizontales y de precisión; es decir, facilitan ver las facciones y los movimientos de los participantes, además de una cámara fija de 85 grados, que en forma global, permite ver todos los movimientos de los participantes en la sala. También se instalan micrófonos ambientales.
El experto comenta, en cambio, que en el otro dormitorio, que está habilitado como una sala de cine, se encuentran los equipos. Ahí consta un monitor, en donde se pueden observar las imágenes. El proceso está sujeto a un control Joystick, el cual permite hacer acercamientos de las facciones o movimientos de los participantes. El sistema está grabado por el sistema Digital Video Recorder (DVR), que les permite grabar las versiones y, en el caso jurídico, usarlas como pruebas en procesos acusatorios. Los dos cuartos se separan por un vidrio reflectivo unilateral, que, a los testigos no les permite ver lo que se desarrolla en el otro cuarto. Los jueces se comunican con los psicólogos, o las personas que realizan los interrogatorios, mediante un pequeño micrófono inalámbrico (punteros), que colocan en sus orejas, para evitar que los interrogados sospechen que están siendo escuchados.
Valencia dice que este sistema no solo se puede usar para procesos judiciales, sino también para estudios de marketing, en donde les puede interesar ver la reacción ante determinados productos. En planes, el investigador quiteño, espera montar 12 cámaras más en las fiscalías del país. “Es interesante ver cómo en nuestro país esta cámara sirve para no revictimizar nuevamente a una persona, por ejemplo, a los niños, quienes están psicológicamente afectados y no tienen que ver de nuevo a su víctima”.
Y, esta es la principal utilidad que la psicóloga Diana Regalado, quien trabaja en la Fiscalía de Pichincha, mira en estas cámaras y dice: “Antes, una víctima de una violación tenía que hablar con: quien presentaba la denuncia, el asesor legal, con el fiscal, con el juez, en la audiencia. Ahora esta es una grabación con audio y vídeo, en donde todos los implicados judiciales (fiscal, asesores y jueces) escuchan la versión y pueden hacer preguntas”, dice.
La idea es que en una sola entrevista, la víctima cuente detalles que comprueben el delito, concluye. La funcionaria de la Fiscalía cuenta que, por ejemplo, una grabación que realizaron a dos niños, de 5 y 7 años, en Quito, será la única prueba que salve a su madre, acusada de asesinato, de ir a prisión, porque cuando se realizó la audiencia, mediante la cámara de gesell, los pequeños, únicos testigos del homicidio, relataron cómo su padrastro, antes de ser asesinado, en varias ocasiones maltrató y golpeó a su madre, quien lo mató, en defensa propia.
Foto: PP (John Guevara)