El ministro de Seguridad, Homero Arellano, evaluó como positiva la reacción de los ciudadanos ante la alerta de tsunami decretada el pasado viernes por el presidente de la República, Rafael Correa, que obligó a evacuar a 242 678 personas de seis provincias ubicadas en la franja costera del país.
“Estamos congratulados que a pesar de la poca experiencia que nosotros tenemos en estos eventos, la población, la fuerza pública, las autoridades, los medios, colaboraron de una forma espontanea. Aún más allá de lo duro que puede ser un estado de excepción por las medidas que se deben tomar, hubo esa predisposición para entender que lo que se venía podía haber sido algo catastrófico”, dijo el funcionario en declaraciones a Teleamazonas.
Arellano sostuvo que una vez pasada la emergencia la gente puede percibir que la medida fue correctamente anunciada en el momento oportuno.
Precisó que un evento de la magnitud del tsunami que se registró en Japón podría haber causado efectos devastadores en las costas ecuatorianas. “Este tsunami viaja a 500 millas por hora, aproximadamente, y puede con unos cincuenta, sesenta, ochenta centímetros, apenas de subida del nivel causar efectos devastadores”, explicó. Indicó que a pesar que el tsunami se minimizó, la marejada fuerte que impactó en el litoral ecuatoriano dejó consecuencias.
Las zonas más afectadas fueron las islas de San Cristóbal y Santa Cruz en el archipiélago de Galápagos y las costas de Salinas y el puerto pesquero de Santa Rosa, en la provincia de Santa Elena, como pudo constatar un equipo de ANDES. “Hay que felicitar a las poblaciones, a las autoridades locales, hay que felicitarnos todos porque en Ecuador hay esa posibilidad de que resurja la solidaridad y que en momentos como estos los ecuatorianos nos unamos”, destacó Arellano.