Hace dos semanas, el Consejo Nacional Electoral (CNE) presentó el diseño preliminar de la papeleta. En una sola hoja, de tamaño A3 (42 x 29,66 cm) se incorporaron, en el anverso, las preguntas del referéndum constitucional y las del plebiscito y, en el reverso, los anexos de la primera parte.
La razón técnica del organismo fue que diseñar cada pregunta con su anexo aumentaría a cinco páginas la papeleta.
En un ejercicio de información, diario El Universo dialogó con doce personas, de distintas edades, profesiones y ocupaciones sobre cómo sería su proceder en el momento del sufragio.
Con el modelo de papeleta en su mano, cinco simularon votar de manera inmediata al no tener interés en el contenido de las preguntas o ya tener definida su votación; siete optaron por leer el cuestionario y ninguno estudió los anexos.
Kléver Aguirre, abogado de 60 años, puntualizó que la redacción de las preguntas es complicada y que el poner los anexos al reverso de la papeleta será inútil, pues la mayoría de personas no los leerá.
Este criterio coincide con Silvia Palacios, colombiana naturalizada de 35 años, quien además cuestionó el tamaño de las letras y de la papeleta. “El que quiera leer todo le tomará al menos 15 minutos”, dijo.
En tanto, para érick Vinueza, médico de 27 años, la consulta es un plebiscito de la gestión del presidente Rafael Correa, por lo que ya sabe cómo sufragar.
Entre los jóvenes de 16 a 18 años, cuyo voto es optativo, tampoco hay información.
Nicole Chávez y Cynthia Patiño, estudiantes de los colegios Liceo Naval y Juan de Salinas, respectivamente, recién conocieron con este ejercicio el contenido de la consulta por lo que la lectura de las preguntas se demoró casi tres minutos.
Ambas, que no están seguras de sufragar el 7 de mayo, aseguran que pese a que exista una buena campaña publicitaria el cuestionario del referéndum es complicado de entender.
De las preguntas de la consulta puntualizaron solo conocer la pregunta 8, relacionada con la prohibición de los espectáculos que tengan como finalidad dar muerte al animal.
No obstante, cada una procedió de distinta forma al revisar la papeleta. Chávez la leyó detenidamente, mientras que Patiño prefirió simular su voto de manera inmediata.
Esta apreciación de desconocimiento la comparten John Benavides (26 años) y édgar Bastidas (40), que trabajan en una compañía de seguridad, que demoraron más de dos minutos en leer las preguntas, pese a que aseguraron que a través de los medios ya se informaron sobre la consulta.
Otro de los problemas que se generaron en el ejercicio que hizo El Universo fue la confusión. Gonzalo Carrera, jubilado de 67 años, al momento de analizar la pregunta 7 del plebiscito sobre los casinos, expresó su desacuerdo con esa prohibición; sin embargo, en la papeleta subrayó que Sí.
Tras reconocer su equivocación, dijo que para sufragar la gente deberá razonar porque al no entender el cuestionario podría cometer errores.
La preocupación para la comerciante Teresa Sagñay es el voto de los analfabetos, pues cree que será difícil que puedan estudiar el cuestionario.
Las personas que leyeron las diez preguntas se demoraron, en promedio 2,30 minutos, lo que aumenta casi en un minuto lo previsto por los técnicos del organismo electoral, que establecieron un minuto y medio.
Si el periodo de votación es de 10 horas (de 07:00 a 17:00) para que todas las 400 personas que están asignadas en una Junta Receptora del Voto (JRV) puedan sufragar requerirán máximo un minuto y medio.
Esa apreciación hizo que el organismo resuelva disminuir casi en doce mil el número de JRV, en relación a los comicios del 26 de abril del 2009, con lo que estarán habilitadas unas 32 mil JRV en todos el país.
Sin embargo, entre las autoridades electorales tampoco existe acuerdo sobre el tiempo de votación de un ciudadano.
El presidente del CNE, Omar Simon, aseguró que una persona informada se tomaría entre un minuto y medio y dos minutos. En tanto que para el consejero Fausto Camacho, el tiempo no será mayor a los 30 o 40 segundos.
En los que sí hay coincidencia es en la hipótesis de que el día de los comicios la mayoría no leerá en su totalidad las preguntas y peor aún los anexos por lo que la votación sería fluida.
Camacho recuerda la experiencia del referéndum del 2008, en el que los ciudadanos aprobaron la Constitución. En ese proceso los electores no leyeron el documento, sino que solo votaron.