El presidente de Ecuador, Rafael Correa, avizoró hoy que la aprobación del referéndum planteado por el régimen será una nueva lucha. El mandatario recordó la fuerte oposición, incluso por parte de la prensa, que tuvo la iniciativa gubernamental, aún antes de ser aprobada por la Corte Constitucional.
“La primera lucha fue para que no se le robe al pueblo el derecho de decidir en las urnas, la segunda lucha será dar a conocer las preguntas y la tercera lucha será para que el pueblo apoye con un Sí y poder sacar adelante las reformas tan necesarias para el país”.
Durante una entrevista con radio Huancavilca, lamentó la poca discusión y difusión del contenido de las diez preguntas (cinco de enmiendas constitucionales y cinco de temas generales).
Calificó como irresponsable el tratamiento que la prensa y los opositores dieron a los temas de la consulta por hacerle daño al Gobierno. “En vez de informar a la gente sobre las preguntas, dijeron no y por diferentes motivos, en función de sus interes”, lamentó.
Por ejemplo, dijo, las empresas de comunicación se opusieron, por la pregunta que plantea prohibir a los medios nacionales tener negocios fuera de su ámbito de acción. Deploró que la prensa haya declarado a la consulta como inconstitucional, aún antes de ser aprobada por la Corte Constitucional que es la instancia competente para hacerlo.
“Eso es lo que criticamos de los medios de comunicación: con qué legitimidad se convierten en Corte Suprema, en Asamblea Nacional, en Presidencia de la República. (Los medios) Deben informar, pero no deben inducir”, sostuvo. De acuerdo a sondeos de opinión, un gran número de ecuatorianos está dispuesto a respaldar la consulta propuesta por el Presidente de la República, sin embargo, existen personas que aún no conocen el contenido de las preguntas. Correa reconoció que justamente dónde se registra un menor número de apoyo es dónde no se entienden las preguntas.
Explicó por ejemplo que su propuesta contempla el establecimiento de una comisión tripartita que va a evaluar a los jueces, a los que se nombrará mediante concurso y con la supervisión de veedurías, por lo tanto de ningún modo se designará jueces «a dedo».