Las protestas que sacuden el Magreb y Oriente Medio se han radicalizado hoy en Libia, donde reina la confusión y el caos, mientras la violencia se ha extendido en las últimas horas a Yemen, Irak, Marruecos, Bahréin y Argelia.
La situación es caótica en Trípoli, horas después de que el hijo del presidente Muamar al Gadafi advirtiese del peligro de una «guerra civil» en el país, donde han muerto al menos 233 personas, según Human Rights Watch, aunque fuentes médicas añaden los al menos 61 muertos en los incidentes ocurridos hoy en la capital.
En la capital se observan cadáveres tirados en las calles y se escuchan continuos disparos en varios barrios de la ciudad, entre ellos de proyectiles de artillería pesada, según constató la agencia EFE y señalaron habitantes de varias zonas de la capital.
La sede del Gobierno y del Ministerio de Justicia en Trípoli han sido incendiadas por manifestantes que reclaman la caída de Gadafi, en el poder desde 1969, mientras las fuerzas del orden han abandonado prácticamente la capital, donde había saqueos y tiroteos, en medio de rumores de que el líder libio ha dejado el país.
Anoche, una televisión y una radio públicas fueron saqueadas por manifestantes en Trípoli, la capital de Libia, que se halla al borde de una guerra civil, según advirtió el hijo del máximo líder del país Muamar Kadhafi, tras seis días de choques que dejaron al menos 233 muertos.
Los acontecimientos de las últimas horas han motivado un aumento del precio del petróleo y ha desatado las alarmas en la Unión Europea (UE), que estudia la «posible evacuación» de los ciudadanos comunitarios de Libia.
Ministro dimite
En tanto que el ministro libio de Justicia, Mustafa Abdeljalil, presentó hoy su dimisión en protesta por la «sangrienta situación» de su país y la violenta represión de los manifestantes, según el diario electrónico «Quryna», próximo a Seif Al Islam Gadafi, uno de los hijos del líder libio, Muamar El Gadafi.
Abdeljalil, quien confirmó personalmente su decisión de abandonar el Ejecutivo en una conversación telefónica con ese periódico, explicó que ha tomado esta medida ante «la excesiva utilización de la violencia» contra los manifestantes por parte de las fuerzas del orden.
Esta dimisión es la primera de un miembro de tan alto rango del Gobierno libio desde el comienzo, el martes pasado, del movimiento de protestas para reclamar la caída de Muamar El Gadafi.