Al menos 506 personas han muerto como consecuencia de las lluvias que castigan desde hace cuatro días a la Región Serrana del estado de Río de Janeiro, en la considerada como la segunda mayor tragedia natural en la historia de Brasil, informaron hoy fuentes oficiales.
Según los últimos balances divulgados por los municipios más afectados, las inundaciones y principalmente los deslizamientos de tierra, que sepultaron numerosas viviendas construidas en las faldas de las montañas, provocaron 225 muertes en la ciudad de Nueva Friburgo, 223 en Teresópolis, 39 en Petrópolis y 19 en Sumidouro.
De acuerdo con cifras de las Naciones Unidas citadas hoy por la prensa, por el número de muertes, la de esta semana es la segunda mayor tragedia natural en la historia de Brasil, apenas superada por la provocada por las inundaciones de enero de 1967, cuando las víctimas llegaron a 785.
El número de víctimas por las lluvias de esta semana puede aumentar aún más debido a que los bomberos todavía no han podido acceder a locales que quedaron aislados por la destrucción de puentes y de carreteras, y por las toneladas de tierra, lodo y piedras que cubrieron áreas urbanizadas en las montañas.
Las autoridades también admitieron su temor a que la situación se agrave debido a que los meteorólogos prevén que las lluvias proseguirán en los próximos días, aunque sin la intensidad del temporal que castigó a la región entre la noche del martes y la madrugada del miércoles.
En la madrugada de este viernes la lluvia fue constante pero ligera y las autoridades no registraron ningún nuevo deslizamiento.
«Lo que nos está angustiando son las próximas horas y días, ya que hay previsión de más lluvias. El problema, además, no se resume a esos cuatro municipios, hay otros que también sufrieron por las lluvias y áreas aún con riesgo de deslizamientos», afirmó el gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral.
Pese a que la capacidad de las sedes del Instituto Médico Legal fue rebosada en las ciudades de la Región Serrana y hay cadáveres hasta en los estacionamientos de la institución, la policía ya ha conseguido identificar 470 de los cuerpos.
Varias de las áreas afectadas, cubiertas de montañas de lodo y basuras, permanecen en total caos debido a que están aisladas y sin suministro de energía eléctrica y telefonía.