Durante la administración municipal de Assad Bucaram Elmhalin se iniciaron en Guayaquil las grandes tomas de tierras. Bucaram, en 1979, expropió cerca de 220 mil metros cuadrados de la hacienda el Guasmo, que pertenecía a la Sociedad Protectora de la Infancia.
Antes ya se habían registrado invasiones en los terrenos de lo hoy se conoce como el Suburbio Oeste, pero es a partir de la toma de la hacienda el Guasmo que estalla la fiebre de las invasiones en la ciudad. Primero al sur y luego en los cerros de Mapasingue. La fuerza pública trató de frenarlos y hubo serios enfrentamientos en su momento, igual como acontece hoy en Monte Sinaí.
Los promotores de las invasiones se convirtieron en una casta fabricante de cinturones de miseria por todos los puntos cardinales de la urbe.
A los traficantes de tierras no hubo quien los detenga, pues eran “amigos” de ex presidentes, diputados, prefectos y ellos mismos terminaron convirtiéndose en políticos. Con los años, incluso lograron formalizar el negocio de la toma ilegal de tierras. El equipo de investigación de este Diario encontró en los registros de la ciudad la posesiones que en 2 décadas han amasado siete líderes de las invasiones y que en la actualidad son dueños legítimos de 1 millón 172 mil metros cuadrados de terreno.
Los caudillos son: Balerio Estacio Valencia (“Hermano Estacio”); Edmundo Tony Estacio Valencia (“Tony Estacio”); Zenaida Germania Castro (“Doña Zenaida”); Cristina Ponguillo Vargas (“La Ponguillo”); Sergio Toral Erazo (“Sergio”); Marco Solís Briones (“Marco Solís”); y Jaime Toral Salamea (“Comandante Cero”).
Ellos han sido identificados por la comunidad como los líderes que presentan la cara en las invasiones ilegales, aunque algunos no aparecen en los registros. Es así como en los archivos del Registro de la Propiedad del cantón Guayaquil se evidenció en detalle estas cifras:
Es el caso de Balerio Estacio, que es el que más propiedades legales tiene, con 974.270,88 metros cuadrados, distribuidos en la parroquia Tarqui, en varios sectores de la Perimetral norte (km 23).
Le sigue Sergio Toral Erazo. Sus propiedades suman 111.948,77 metros cuadrados. él tiene bienes inmuebles en el edificio El Forum, Los Piñuelos en Pascuales, Lago de Capeira.
Marcos Solís Briones es el tercero entre los que más tienen. Sus propiedades suman 86.078,6 metros cuadrados, que están en la parroquia Pascuales y una vivienda en Sauces VI.
Tony Estacio Valencia, hermano de Balerio Estacio, recién empieza en el negocio y cuenta con propiedades que suman 140 metros cuadrados en la Coop. Primero de Mayo (Guasmo Norte)
Zenaida Germania Castro, hija de Carlos Castro (+), quien asumió el liderazgo de su progenitor y lidera extensas invasiones en la Flor de Bastión, no registra predio alguno en el Registro de la Propiedad.
Similar situación tiene Cristina Ponguillo Vargas, quien es la líder en los bloques de Bastión Popular. Tampoco tiene un solo registro.
Jaime Toral Salamea, quien lideró la invasión de Las Malvinas en la década del 80 y más de una decena de cooperativas en los Guasmos y bastiones, apenas tiene una propiedad en el estadio Capwell.
Efrén Roca álvarez, registrador de la Propiedad, afirma que la forma como ellos han llegado a obtener esos terrenos es legal, porque todo bien inmueble del cantón debe ser registrado y deben cumplir requisitos que sí los han cumplido.
Por ello, la matrícula inmobiliaria de un predio tiene todo su historial de litigios y fallos, agrega.
Uno de los casos que registra disputa es un predio de 10.950 metros cuadrado en el sector Los Piñuelos, hacienda de la parroquia Pascuales, en donde Tony Estacio pide una certificación de quien es el dueño del inmueble.
Asimismo el predio de 525.097 metros cuadrados de la Av. Casuariana que se adjudica a Balerio Estacio Valencia, cuenta con otros dos propietarios iniciales que son Sergio Toral Erazo y Daysi Benalcázar Barroso.
Esta última también aparece como socia de Sergio Toral en la adquisición de otro lote de más de 10.000 metros cuadrados ubicado en el predio Invernadero de la parroquia Pascuales.Las invasiones son un negocio en el que los hijos secundan a sus progenitores o lideran otras invasiones, como es el caso de la familia Estacio, Castro y Toral.