Para los expertos, la principal razón que evita que la inflación de Ecuador se dispare es que el país mantiene una economía dolarizada. “El sistema ecuatoriano impide que la inflación se dispare por mecanismos monetarios”, es decir, por generación pública de dinero debido a la devaluación de la moneda, señaló el economista Julio José Prado, quien consideró que la reducción del gasto del gobierno facilitó que, entre 2008 y 2010, la inflación disminuya en más de cinco puntos porcentuales.
Otra causa que incidió en el cumplimiento de los objetivos del Gobierno fue que los precios internacionales de las materias primas “no se dispararon durante el 2010”, ya que la demanda estuvo “ligeramente” disminuida por la crisis mundial.
Wilson Araque, director del área de Gestión de la Universidad Andina Simón Bolívar, destacó la inversión en educación, salud y obra pública ejercida en la administración de Correa.
Según explica, dicha inversión inyecta dinero a la economía y permite que se dinamice el consumo. “Los dólares que están en las calles han sido ingresados por el Estado, producto del gasto público y la inversión pública”.
De eso también está consciente Enrique León, un vendedor del Centro Histórico de la capital, que desde hace siete años comercializa pantalones y camisetas. En su pequeño local de dos metros cuadrados, ubicado en el centro comercial Granada, León comenta que desde que ya no gasta en la matrícula de sus hijos ha invertido ese dinero en mercadería y comida.
“Es una ayuda. Antes pagábamos 25 dólares en la escuela o gastábamos más en salud. Eso sí es un ahorro”, dice el hombre de 35 años, padre de tres niños.
León, al igual que la mayoría de ciudadanos, ya puede adquirir con sus ganancias la canasta básica vital, valorada en 387,35 dólares. De acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), existe un superávit en la cobertura de la canasta vital, mientras que el déficit para cubrir la canasta básica familiar, valorada en $ 541,81, es cada vez menor.