Cada 31 de diciembre el Ecuador entero se viste de fiesta para recibir el año que empieza en medio de una serie de tradiciones que se repiten por décadas
El principal atractivo de esta fecha es la quema del año viejo; un muñeco elaborado con ropa vieja, rellena de aserrín o papel, que representa a el año que se termina,. El monigote es quemado a la media noche ante la presencia de familiares y amigos. Unos saltan sobre el, otros lo patean y golpean como forma de “castigo” por su mal comportamiento.
Junto con la “quema” del año viejo los ecuatorianos practican rituales. Cuando el reloj marca las 12:00, por ejemplo, muchos ecuatorianos rompen un huevo y lo vierten en una copa de cristal con agua, lo dejan toda la noche y a la mañana siguiente, las formas que toma el huevo predicen el futuro en el siguiente año.
Pero, la principal tradición que practican los ecuatorianos es comer una uva con cada una de las últimas doce campanadas del año. Es ideal que sean seis uvas verdes y seis moradas. De esta forma, los anhelos y aspiraciones convierten en realidad.
Otra interesante tradición es sentarse y volverse a parar con cada una de las doce campanadas: para los que desean contraer matrimonio.
Pero para atraer la prosperidad económica se debe colocar dinero dentro del zapato y llevarlo durante todo el 31 de diciembre, al día siguiente se guarda el en la cartera; no se debe gastar durante todo el año. Así, jamás faltará el dinero.
Para garantizar que jamás falte la vestimenta nueva se debe vestir la ropa interior al revés para recibir al nuevo año.
Encender velas de colores es otra conocida tradición ecuatoriana. Cada color tiene un significado: las azules traen la paz; las amarillas, abundancia; las rojas, pasión; las verdes, salud; las blancas, claridad, y las naranjas, inteligencia.
Salir con una maleta justo a la media noche y dar por lo menos la vuelta a la manzana, te asegurará viajes el año siguiente.
Muchos creen que usar ropa interior amarilla “asegura” la felicidad y dichosos momentos.
Estas son algunas de las cábalas que la gente practica en fin de año, son tradiciones que a pesar del pasar del tiempo se mantienen vivas y que además han beneficiado la herencia histórica del pueblo ecuatoriano.