Por más de dos horas el presidente de la República, Rafael Correa, e Ignacio Ramonet, politólogo y periodista español, mantuvieron una entrevista reservada que derivó en el tratamiento de tres puntos: los acontecimientos del 30 de septiembre, las nuevas corrientes políticas en Latinoamérica y el papel de los medios de comunicación.
Ramonet, quien es especialista en temas relacionados con política, estrategia internacional y, además, es consultor de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), aclaró que su reunión con el Primer Mandatario fue un diálogo que se reproducirá como entrevista en la edición de enero del diario francés Le Monde Diplomatique.
Para la entrevista, Ramonet fue llevado al Salón Protocolar del Palacio de Gobierno. Además fue invitado a conocer el despacho y el balcón presidencial.
En un breve diálogo con los reporteros, el especialista reiteró que el periodismo en Ecuador y, especialmente, en Latinoamérica está viviendo grandes cambios, entre ellos, el lograr que los medios públicos se posicionen como productos y además se conviertan en un peso para las empresas mediáticas que tradicionalmente fueron y aún son privadas.
Sobre el periodismo en la región, Ramonet aseguró que atraviesa un momento interesante. “Se está viviendo el ocaso de los grandes grupos empresariales mediáticos que han alcanzando la cumbre de su poderío hace algunos años, pero que probablemente han abusado de ese poder y hoy está surgiendo el amanecer de los medios públicos, cada vez más”, explicó.
La creación y el resurgimiento de los medios públicos en Ecuador, y a nivel de la región, dijo el experto, abrió el debate entre la prensa privada y el Gobierno, que trata de desarrollar el contrapeso al monopolio de estos grupos.
Sobre el papel de los periodistas en los acontecimientos del 30 de septiembre, en los que se produjo la sublevación policial en Ecuador, Ramonet sostuvo que en Europa, cuando ya se contextualizaron los hechos en su totalidad, se logró establecer que fue un intento de golpe de Estado y, además, que no se trataron de hechos aislados por la insubordinación de algunos policías, sino de un proceso organizado.