En los últimos 15 años el sector energético ha sido el más perjudicado por la falta de inversión pública, sostuvo Mateo Villalba, subsecretario de la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades).
La desatención del área social y de los sectores estratégicos, indicó el funcionario, surgió a partir del Consenso de Washington, un listado de políticas económicas dictadas en los años 80 por organismos financieros internacionales que supuestamente debía impulsar el crecimiento de los países latinoamericanos.
La idea era disminuir la intervención del Estado al asegurar que la inversión vendría de la iniciativa privada. Y en esa línea se hicieron reformas legislativas y políticas, lo que provocó, por ejemplo, “que entre los años 90 y 2006 no se haya invertido un centavo en generación eléctrica”, contó Villalba.
Con él coincide el economista Jorge Rodríguez Torres, quien anotó que esas políticas también obligaron a los gobiernos a dejar de planificar en inversión pública.
Después de la crisis financiera de 1999, la economía de Ecuador decreció entre el 6% y 7%, lo que afectó la calidad de vida de la población.
Pese a ello, hasta el 2007 la política económica priorizaba el pago de la deuda externa. Fue así que a ese rubro se destinaron 3.928 millones de dólares en 2004, mientras que la inversión fue de apenas 760,1 millones.
En el 2007 se pagó por servicio de la deuda 3.653,6 millones de dólares y para inversión se emplearon 1.586,8 millones.
Al respecto, Villalba explicó que el presupuesto de 2007 -cuando asumió el actual Gobierno- fue elaborado y aprobado por el régimen de Alfredo Palacio, por lo que no había otra opción que ejecutarlo. De ahí que en el 2008, la inversión pública ascendió a 3.054,8 millones de dólares y otros 2.942,6 se destinaron para el pago de la deuda, según datos de la Senplades.
En 2009 -año de la crisis económica internacional- el Gobierno invirtió 4.901,3 millones de dólares, cifra que se mantendrá hasta el próximo año, según consta en el Plan Anual de Inversiones. En siete años la inversión ha pasado de 760 a 4.076,16 millones, en 2010, es decir creció un 430%.
Entre los rubros más importantes para el 2011 está el sector eléctrico ($ 1.050 millones), considerado por Villalba como el caso más emblemático de la influencia del Consenso de Washington.