La presidenta argentina, Cristina Fernández, llegó hoy a la Casa Rosada para sumarse al velatorio de a su esposo y antecesor en el cargo, Néstor Kirchner, arropada por sus hijos, Máximo y Florencia.
La presidenta llegó a la Casa de Gobierno alrededor de una hora después del inicio de la ceremonia, procedente de su residencia oficial de Olivos.
Vestida con un traje negro, gafas oscuras y un bolso negro, Cristina se bajó con rapidez del vehículo oficial y entró en la Casa Rosada seguida de sus hijos.
Minutos después, la presidenta se incorporó al «Salón de los Patriotas Latinoamericanos» de la Casa Rosada, donde se desarrolla el funeral de Estado en homenaje a Kirchner, escoltada por su hijo Máximo y tomada de la mano de su hija menor.
Cristina, que no se quito los lentes negros dentro del recinto, permaneció de pie y puso sus manos sobre el féretro cerrado del que fue su marido durante 35 años.
La mandataria recibirá, en una sala habilitada al efecto en la sede del gobierno, las condolencias de los jefes de Estado y de Gobierno que han viajado a Buenos Aires para asistir a los funerales del ex presidente y secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas.
El primero en llegar ha sido el mandatario boliviano, Evo Morales, seguido del ecuatoriano Rafael Correa y del uruguayo José Mujica.
En las próximas horas se espera la llegada de los jefes de Estado de Chile, Sebastián Piñera, Juan Manuel Santos (Colombia), Fernando Lugo (Paraguay), Hugo Chávez (Venezuela) y el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
Miembros del gobierno, gobernadores y dirigentes gremiales y de organizaciones humanitarias acompañan al féretro cerrado del ex presidente, mientras una multitud aguarda turno desde hace horas -algunos cerca de 20- para despedirse de Kirchner.