La Iglesia católica del país afirmó hoy que es injustificable el irrespeto a la democracia, en referencia al levantamiento del pasado 30 de septiembre, así como las agresiones que sufrió el presidente Rafael Correa por parte de policías sublevados.
«No puede justificarse la insubordinación y el irrespeto al orden constitucional, así como tampoco la agresión al Señor Presidente de la República», destacó un comunicado de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana.
El pasado 30 de septiembre, un grupo de gendarmes y algunos militares se levantaron en contra de una reforma salarial y cuando Correa acudió a la sede de un regimiento de Quito para explicar la ley, fue víctima de golpes por parte de los agentes, que también le lanzaron bombas lacrimógenas.
La Iglesia recalcó que es «preciso promover y respetar siempre la legalidad democrática, las instituciones y, muy principalmente, la vida y los derechos de todas las personas».
En este sentido, remarcó que es fundamental el «respeto de la institucionalidad democrática» por parte de «los ciudadanos y de los mismos Poderes del Estado».
«Ello permitirá superar una relación de confrontación y de violencia y promover, al mismo tiempo, una participación ciudadana crítica y responsable, sin clientelismos ni exclusiones», añadió la Iglesia.
El comunicado, titulado «Reconciliación y diálogo», reclama que todas las partes de este conflicto actúen con «serenidad y prudencia».
La insubordinación acabó con lo que el Gobierno calificó como un intento de golpe de Estado y Correa acusó al ex presidente Lucio Gutiérrez de estar detrás de estas acciones.
Los obispos quiere comprometerse con «la búsqueda sincera de la reconciliación y la fraternidad, del diálogo abierto y constructivo y de una cultura de la legalidad».
Asimismo, lamentaron que «los disturbios y violencias» del pasado 30 de septiembre tuvieran un «saldo doloroso de pérdidas de vidas humanas, heridos y familias destrozadas», así como «el choque entre hermanos, la fractura social y la inestabilidad política creada».