«Estamos interesados en trabajar con los países latinoamericanos que comparten los bosques amazónicos. Acabamos de empezar a hacerlo», dijo el director de la División de Cambio Climático, Takehiro Kano, en rueda de prensa en Tokio.
La Amazonía, considerada el pulmón del mundo, tiene una extensión de 4,1 millones de hectáreas, pero está perdiendo rápidamente sus árboles por la deforestación.
Kano explicó que el próximo día 26 en la ciudad japonesa de Nagoya, en la Conferencia de la ONU sobre Biodiversidad (COP10), se analizarán diversos aspectos de la asociación con Papúa Nueva Guinea como parte del programa de Naciones Unidas de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de los Bosques (REDD).
Se prevé que el REDD, que con el apoyo de países como Japón y Francia prevé la creación de créditos para la reducción de las emisiones, trabaje a partir del próximo año con Brasil para la protección de los bosques, explicó Kano.
Asimismo, el director de la División de Cambio Climático manifestó que el Gobierno japonés espera que «Ecuador se adhiera al acuerdo de Copenhague para poder trabajar con ellos en alguna negociación».
Por otro lado, el funcionario nipón expresó que Japón está dispuesto a apoyar la mitigación y adaptación de los países vulnerables al cambio climático, al recordar que propuso la llamada iniciativa Hatoyama, que implica una financiación de 15.000 millones de dólares en tres años.