Vivieron el infierno pero quieren volver a jugar con fuego. Algunos de los 33 mineros que vivieron más de dos meses encerrados a 700 metros de profundidad dijeron apenas tres días después de ser rescatados que quieren volver a trabajar en la minería.
«Yo quiero volver a la mina. Soy minero de corazón. Uno esto lo trae en la sangre», dijo Alex Vega, uno de los trabajadores que alcanzó la mayor hazaña de supervivencia bajo tierra.
Los socorristas que los liberaron tras descender 622 metros en una cápsula de hierro hasta el fondo del yacimiento dijeron que las condiciones allí eran inhumanas.
Convivieron 69 días en una situación de extrema humedad y 40 grados Celsius de temperatura.
Este episodio empujó al Gobierno a encarar reformas en la normas de seguridad para la explotación minera. Pero el Gobierno admite que obviamente no pueden garantizar que no vayan a ocurrir más accidentes.
«Por supuesto que sí», dijo el minero Osmán Araya consultado sobre si volvería a trabajar en esa industria.
«No tenemos nada que temer. Tenemos que seguir trabajando nomás. Es parte de nuestro oficio», dijo a la televisión estatal desde el hospital.
El Gobierno confirmó que este viernes tendrían el alta médica al menos otros 10 mineros, luego de que el jueves tres ya volvieron a sus casas.
Pero el ministro de Salud, Jaime Mañalich, dijo que para muchos de ellos no es recomendable que vuelvan a trabajar en una mina.
«Para algunos es absolutamente imprudente que vuelvan y en algunos casos nos preguntamos qué hacían ahí adentro si sufrían milicosis o diabetes», dijo Mañalich en una conferencia de prensa frente al hospital.
Agregó que también es probable que si alguno de ellos decide regresar a la minería, en el momento exacto en el que tenga que volver a descender salga corriendo en pánico.