El presidente de la Asamblea Nacional, Fernando Cordero, considera que los altercados del pasado jueves constituyeron un intento de golpe de Estado cuyo objetivo último era acabar con la vida del jefe del Estado, Rafael Correa.
«Los policías fueron usados por miembros de la oposición, cuya verdadera intención era matar al Presidente y herir de muerte a la democracia ecuatoriana», señaló Cordero en declaraciones desde Ginebra, donde participa de la Asamblea anual de la Unión Interparlamentaria.
Cordero no tiene ninguna duda de que la sublevación policial no se debió sólo a una reivindicación salarial, sino que fue orquestada «por miembros de la oposición que se infiltraron y manipularon a los agentes».
«Han aparecido videos donde se ven destacados miembros de la oposición en los principales puntos de la protesta. Además, ha quedado claro que los saqueos de supermercados y los intentos de saqueo de los bancos estaban planificados por los poderes fácticos cuyo último objetivo era la desestabilización del Gobierno y justificar la muerte del Presidente», agregó Cordero.
El pasado jueves, cientos de policías ecuatorianos protagonizaron unas protestas contra la decisión gubernamental de modificar una ley que implica un aumento del sueldo de los agentes, pero la erradicación de unos pluses salariales para el colectivo.
Las protestas motivó la apertura de una investigación por parte de la Fiscalía para depurar responsabilidades. «La investigación demostrará la verdad de lo sucedido», señaló el presidente del Parlamento.
La Asamblea Interparlamentaria asumió hoy por unanimidad una declaración que «condena el uso de la fuerza contra el presidente Rafael Correa y repudia enteramente el reciente intento de subvertir el orden constitucional en el país».