Los muertos por las lluvias torrenciales que azotan Guatemala ya son por lo menos 45, mientras que la búsqueda de personas atrapadas entre el lodo se dificulta ante el peligro de nuevos deslizamientos.
Se teme que si siguen las labores, bajo la lluvia, suceda una tragedia como la del domingo, cuando 21 personas murieron en un derrumbe mientras trataban de rescatar a los pasajeros de un autobús sepultado por un alud de lodo anterior en el kilómetro 171 de la carretera Panamericana.
«Están muy inestables los cerros, están cargados de agua. Realmente es un área peligrosa. Hay derrumbes en todos lados, en todas carreteras principales del país», dijo el presidente guatemalteco, álvaro Colom.
Los equipos de rescate han estado usando maquinaria pesada para remover la tierra y los escombros después del doble deslizamiento. Sin embargo, el director de Defensa Civil, Sergio Cabañas, le dijo a la BBC que ya no hay esperanzas de encontrar personas con vida.
«Hemos dado por muertos a todos los que están atrapados en el lodo», reconoció.
En algunas partes de Guatemala se han registrado las mayores precipitaciones de los últimos 50 años. Esta nueva catástrofe sorprende al país en medio de las tareas de reconstrucción luego del paso de la tormenta tropical Agatha, que dejó en junio más de 160 muertos.