Rusia hundió este lunes en el océano Pacífico los restos de la nave Progress M-06M, cargada con desechos de la Estación Espacial Internacional (EEI), informó el Centro de Control de Vuelos Espaciales ruso (CCVE).
El carguero se acopló a la EEI el 5 de julio con 2,6 toneladas de carga vital para sus tripulantes, se separó de ella el 31 de agosto y sirvió durante una semana de laboratorio espacial para una serie de experimentos geofísicos.
Diariamente, por orden del CCVE, la Progress efectuaba en el espacio diversas maniobras, mientras expertos del centro científico ruso de Irkutsk, en Siberia, observaban con un radar especial las características del plasma generado por los propulsores de la nave.
Concluidos los experimentos, el CCVE puso hoy en marcha los propulsores de frenado del carguero, que abandonó su órbita y, tras quemarse en la atmósfera, sus restos se hundieron a las 12:53 GMT en el llamado «cementerio de naves espaciales» en el Pacífico, en un sector libre de navegación a 3.000 kilómetros de Nueva Zelanda.
La próxima nave, la Progress M-07M, con 2,5 toneladas de carga, será lanzada al espacio el próximo miércoles a las 09:11 GMT desde el cosmódromo de Baikonur, en Asia central, y se acoplará a la plataforma orbital dos días más tarde.