Bogotá.- Fanny Martínez, prima de José Libio, confirmó a periodistas que su tío será sepultado esta tarde en el municipio de Ospina (suroeste), departamento de Nariño, donde vivió toda su vida junto a su familia.
La mujer pidió a las FARC tener «piedad de esos padres, de esas esposas, de esos hijos y que pongan en libertad a Libio y a todas las personas que están privadas de la libertad», dijo.
La prima del rehén, que el próximo diciembre cumplirá 13 años secuestrado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), indicó que es difícil explicarse «el gran dolor de ver ese hombre, ese padre que se fue de este mundo con la esperanza de volver a ver a su hijito».
José Fidencio esperó durante más de doce años la puesta en libertad de su hijo José Libio, tomado como rehén por las FARC en diciembre de 1997.
Martínez, que tenía 62 años de edad, murió de un cáncer de estómago que le había sido diagnosticado hace un año y del que recibía tratamiento en el Hospital Universitario de Nariño, departamento fronterizo con Ecuador y del que es capital Pasto.
«Hasta el último momento, él decía que ojalá las FARC le devolvieran en este momento a su hijito», declaró la mujer.
Martínez era un campesino que tenía su domicilio familiar en una zona rural de Ospina, desde donde su hijo José Libio salió para prestar el servicio militar obligatorio.
El militar Martínez fue hecho cautivo el 17 de diciembre de 1997 en un ataque de las FARC a un puesto de comunicaciones del ejército en el cerro de Patascoy, situado en la misma región de Nariño.
En el asalto perdieron la vida 22 uniformados, mientras que otros 18 fueron secuestrados, incluido él y Pablo Emilio Moncayo, puesto en libertad unilateral por los rebeldes el pasado 30 de marzo.
Moncayo viajó hace poco más de una semana a un país europeo no precisado, para ponerse a salvo de amenazas de muerte proferidas por desconocidos que lo acusan por servir como informante al grupo rebelde y al Gobierno ecuatoriano.
En el momento del secuestro, Martínez y Moncayo eran cabos, grado del que fueron ascendidos en cautiverio hasta el de sargento.
El suboficial Martínez tiene un hijo, Johan Steven, que no conoce a su padre por haber nacido pocas semanas después del secuestro.
El niño ha realizado frecuentes actividades para exigir a los rebeldes que pongan en libertad a su padre, entre ellas una caminata entre Ospina y Pasto, de unos cien kilómetros y en la que estuvo acompañado por su abuelo, ahora fallecido.