El Gobierno colombiano afirmó hoy que espera que la Unasur no estudie la petición de la guerrilla de las FARC de exponer ante ese organismo suramericano su «visión» del conflicto armado en el país, al calificar esa solicitud de «inadmisible».
«No creemos ni siquiera que Unasur vaya a hacer un llamado a preguntarnos si nos parece que está bien o no», dijo a los periodistas la ministra colombiana de Exteriores, María ángela Holguín.
La canciller tildó además de «completamente inadmisible» la propuesta de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que en una carta divulgada este lunes le piden a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) que convoque a una asamblea para exponer su «visión» del conflicto armado en su país.
«Señores presidentes: cuando lo estimen oportuno estamos dispuestos a exponer en una asamblea de Unasur nuestra visión sobre el conflicto colombiano», dice la «carta abierta» del Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC, fechada en agosto del 2010 en las montañas de Colombia.
La guerrilla más antigua de América Latina también subraya en el texto su «irreductible voluntad de buscar una salida política al conflicto» armado que arrastra Colombia desde hace medio siglo.
Ecuador es actualmente el presidente temporal de la Unasur, formada por los 12 países de Suramérica, y su canciller, Ricardo Patiño, comentó este lunes que conversará con su homóloga Holguín para ver «qué le parece el comunicado» de las FARC.
«Si el Gobierno (colombiano) considera que esto se puede tratar en otro nivel, estaremos atentos a lo que quieran. Lo otro sería inmiscuirnos en asuntos de otro país», señaló Patiño a la prensa.
El Ejecutivo colombiano, a través del vicepresidente Angelino Garzón, rechazó la petición de las FARC, volvió a exigirles que abandonen el secuestro y el terrorismo como condición previa para poder conversar y reiteró que solo el presidente Juan Manuel Santos puede autorizar unas negociaciones de paz.
En la misma línea, el ministro colombiano de Defensa, Rodrigo Rivera, subrayó que «con los terroristas no se dialoga», al preguntarse qué sucedería si en algún escenario internacional se le abrieran las puertas a Osama Bin Laden «para hablar de lo que él plantea frente a Estados Unidos».