A las 06:54 del pasado jueves 12 de agosto un sismo de una magnitud de 7.2 grados en la escala abierta de Richter, sacudió a la totalidad del territorio ecuatoriano -excepto las islas Galápagos-, en el que se considera uno de los más largos movimientos de tierra registrados en el país, pues tuvo una intermitencia de unos 10 minutos, según informaron autoridades.
El movimiento telúrico generó escenas de pánico sobretodo en la ciudad de Guayaquil (sureste) y otras localidades de la Costa donde a esa hora los padres preparaban a sus hijos para que asistan a los establecimientos educativos.
En primera instancia, la ciudadanía dudó que el sismo tuviera la magnitud de 7.2 que señaló el Instituto Geofísico de la Politécnica (IG), un punto menos que el de Haití, que fue de 7.3 grados, sin embargo, Minard Hall, científico del IG, explicó que por la profundidad en la que se registró el movimiento (238 kilómetros) no causó daños mayores, “porque si éste hubiese ocurrido a una profundidad de menos de 30 kilómetros podía haber causado bastantes problemas”. Es decir, el sismo habría sido una catástrofe.
La historia sísmica del Ecuador está llena de dolorosas experiencias, producto de grandes catástrofes que dejaron a su paso muerte y destrucción a lo largo y ancho de todo el territorio nacional.
En términos generales, si se toma en cuenta los temblores de pequeña magnitud que no son sentidos por las personas y son detectados únicamente por los sismógrafos, el número de sismos que se registran en el territorio ecuatoriano pueden sumar decenas de miles por año.
Dentro de esta gran cantidad de actividad sísmica, de tiempo en tiempo ocurren grandes terremotos, cuya historia se inicia en 1541. Hasta la actualidad, en un lapso de 458 años, han ocurrido en nuestro territorio 37 terremotos de intensidad igual o mayor a VIII (Escala Internacional de Mercalli), grado a partir del cual, los efectos son de consideración.
Y si se toma en cuenta los sismos a partir de la intensidad VI, (que es el grado desde el cual se presentan daños leves), hay que añadir 96 eventos que han causado daños desde leves hasta moderados.
Es imposible cuantificar las pérdidas materiales ocasionadas por estos terremotos, y en lo referente a las pérdidas de vidas, éstas superan las 80.000 muertes.