Desde el puerto de Guayaquil, narcotraficantes querían trasladar droga hasta España, pero gracias al riguroso control con perros amaestrados se logró incautar una tonelada con 98 kilos de clorhidrato de cocaína, distribuidos en 1.042 paquetes.
El alcaloide se encontraba camuflado en muebles en un conteiner del Puerto Marítimo, donde fue decomisado.
Luego de cumplir con las pruebas respectivas se confirmó que se trataba de estupefaciente y se procedió a incinerarlo.
3 personas fueron aprehendidas y solamente hubo un detenido por ser el principal responsable de querer sacar del país la millonaria cantidad de droga.