El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, se dio el esperado baño en las aguas de las costas del Golfo de México para demostrar que no están contaminadas y que las playas están listas para recibir turistas.
El presidente viajó junto con su esposa Michelle y su hija menor Sasha, a la localidad de Panama City, Florida, para pasar el fin de semana y promocionar el turismo local.
Obama se baño con su hija en la playa del hotel donde se alojan y, para que no haya dudas, la Casa Blanca colgó en la plataforma de internet “flickr” la fotografía.
La duda de si lo haría o no estaba en boca de la prensa desde que se anunció que pasaría el fin de semana en el estado de Florida. Se especulaba que el baño podría producirse el domingo, ya que el sábado el presidente tenía programado reunirse con empresarios locales para conocer de cerca la realidad del vertido.
Sin embargo, a las pocas horas de llegar a Panama City y después de dirigirse a los estadounidenses en un discurso en el que aseguró que las playas de la costa del Golfo “están limpias, son seguras y están totalmente abiertas al público”, se despejó la incógnita.