Las autoridades fueron alertadas de un taller que aseguraba tener permiso de funcionamiento otorgado por las Fuerzas Armadas para reparar armas, pero aparentemente también efectuaban la venta de las mismas en forma clandestina.
Al registrar el local se encontró gran cantidad de pistolas, revólveres, repetidoras, escopetas y rifles, que ni siquiera tenían registro de ingreso al lugar.
Su propietario aseguró que no vendía las armas que se encontraron en su poder, sino que las reparaba para que puedan pasar el examen de renovación e insistía que las armas estaban con papeles en regla.
El agente que efectuó la diligencia dispuso el decomiso de ese arsenal para las respectivas investigaciones en la Fiscalía.
Se detuvo al dueño de local para realizar las respectivas investigaciones, quien podría ser sentenciado a 6 años por tenencia ilegal de armas.