De un momento a otro, mientras Sonia Villamar, una joven vigilante de la Comisión de Tránsito del Guayas, cumplía con su labor diaria empezó a sentir dolores de parto. Como se trataba de una emergencia fue llevada a la clínica más cercana.
Villamar estaba en el centro de la ciudad. La casa asistencial más próxima era la Panamericana, en Panamá y Roca. Este es uno de los 12 centros de salud en donde los afiliados del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) reciben atención médica emergente.
Los hospitales de la Junta de Beneficencia, como el Luis Vernaza, Enrique C. Sotomayor y Roberto Gilbert, son los que más afiliados recibieron en el primer semestre del año: 890 de un total de 3.917; el doble del 2009, con 1.836 derivaciones de pacientes.
A ellos se suman las clínicas Santa María, Kennedy, Omnihospital, Guayaquil y Panamericana, San Francisco, Solca y otras, en donde los afiliados del Seguro son atendidos en caso de emergencia o consulta externa.
La Federación Médica Ecuatoriana respalda todo lo que signifique atención con calidad, pero cuestiona el exagerado número de derivaciones, principalmente porque deja en segundo plano el mejoramiento de la infraestructura de los dispensarios y centros médicos del propio IESS, indicó Orly Oyague, titular del gremio médico.
Al Seguro le resulta más cara la atención en los centros particulares que en su hospital.
Aunque según las autoridades el convenio con las clínicas está cumpliendo con su objetivo principal: descongestionar el hospital Dr. Teodoro Maldonado Carbo y mejorar el servicio al afiliado.
Es cierto que las derivaciones están abarrotando las instalaciones de las clínicas, pero también está mejorando la atención, aseguró Agustín Ortiz, director provincial del Seguro Social.
“Primero porque todas las clínicas privadas, las que estaban en buenas situaciones económicas y las que estaban más o menos, están teniendo muy buenos negocios; y además atienden al requeriente de salud (afiliados)”, indicó.
Dentro de ese “negocio” el IESS cumple su parte. Los convenios y el número de pacientes está creciendo debido a la “reducción en los tiempos de pagos”, aseguran las autoridades. Los administradores de los centros médicos están contentos: las planillas son canceladas en 15 días, según el caso, y les representan ingresos sustanciales.
Algunas casas de salud están ampliando sus instalaciones.
En la Panamericana, por ejemplo, ya están listos los planos para la ampliación del edificio. “Solo falta la aprobación del permiso de construcción por parte del Municipio de Guayaquil”, indicó su gerenta financiera, Gabriela Alvarado.
Algo parecido ocurre en la clínica Alcívar y en la mayoría de centros que firmaron convenio con el IESS, aseveró Fausto Heredia, subdirector provincial de Salud Individual y Familiar.
Pero por falta de promoción de este servicio, las aglomeraciones siguen en el Teodoro Maldonado, que a diario recibe 1.300 personas tanto en consulta externa como en emergencia.