Ecuador busca mantener la producción de las petroleras privadas en al menos 200.000 barriles por día con la firma de los nuevos contratos de prestación de servicios, dijo este viernes el ministro de Recursos Naturales no Renovables, Wilson Pástor.
El socio más pequeño de la OPEP espera cerrar las tratativas con las compañías el 30 de noviembre para convertirlas en meras operadoras de los campos y obtener la totalidad de la producción de crudo de las áreas concesionadas.
«Esperamos que se estabilice o que crezca (la producción) Con las inversiones que están haciendo ahora (las firmas privadas) la producción cae (…) Están cosechando utilidades exclusivamente casi», dijo Pástor en una entrevista en su despacho.
El funcionario había anticipado en base a datos de las empresas, que de mantenerse el sistema de concesiones actual, el bombeo de las firmas privadas bajaría a 136.000 barriles por día (bpd) en cuatro años.
Los nuevos contratos, además de fijar una tarifa por operación, especifican los montos a invertir en cada campo petrolero. Pero Pástor no detalló las cifras.
En el 2010, las compañías se comprometieron a invertir unos 418 millones de dólares, según cifras oficiales, un incremento del 97 frente respecto del 2009, cuando se colocaron unos 212 millones de dólares en el negocio.
En ese año, los niveles de extracción de las privadas cayó un 14,4 por ciento respecto al 2008 por una reducción en los planes de inversión, mientras esperaban la transición a los nuevos contratos.
Dentro de las rondas de negociación, que iniciarán en la segunda semana de agosto, la fijación de la tarifa que pagará el Gobierno por el barril extraído será uno de los puntos neurálgicos.
En esa tasa se incluirá la amortización de las inversiones, los costos operativos y los gastos de las empresas.
«Las compañías tienen que decirnos qué van a hacer en los próximos 5 años en inversiones para aumentar la producción porque en función de eso vamos a calcular la tarifa», dijo Pástor.
Analistas prevén que algunas compañías extranjeras podrían abandonar algunos contratos y hasta dejar el país, pero no esperan una salida generalizada.