La nueva embajadora de Ecuador ante la OEA, María Isabel Salvador, ex canciller de este país, presentó hoy sus cartas credenciales y asumió el cargo que dejó vacante Francisco Proaño, que dimitió el martes por discrepancias con su Gobierno.
La nueva representante permanente de Ecuador, que fue designada al día siguiente de la dimisión de Proaño, presentó las cartas al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, informó el organismo continental.
Proaño, que era presidente del Consejo Permanente de la OEA cuando presentó el martes 20 por la noche su renuncia al presidente de su país, Rafael Correa, explicó después que tomó la decisión de dimitir «por discrepancias» con su canciller ante la convocatoria, a petición de Colombia, de una sesión extraordinaria para denunciar la presunta presencia de las FARC y del ELN en Venezuela.
De acuerdo con Proaño, Patiño le pidió que no convocara esa sesión para el día 22 y que la pospusiera, pero el artículo 37 del Consejo Permanente estipula que el presidente de este órgano está obligado a dar curso a la petición de cualquier Estado miembro.
Renunció para no tener que contradecir a su canciller pero tampoco incumplir el reglamento de la OEA.
La nueva embajadora de Ecuador era canciller cuando en 2008 Colombia bombardeó el campamento de las FARC en territorio ecuatoriano y defendió la inviolabilidad de su soberanía y de su suelo en una reunión ministerial en la OEA convocada al efecto.
Al presentar las cartas credenciales, Salvador dijo que asume su cargo «con un espíritu constructivo de avanzar y apoyar el rol tan importante» del ente.
Salvador aprovechó la ocasión para elogiar la labor de la OEA durante el conflicto entre Ecuador y Colombia, al afirmar que el organismo regional «demostró cómo su gestión y esfuerzos están para garantizar los principios fundamentales que están establecidos en la Carta Democrática Interamericana».
«Es muy honroso volver a este espacio en un rol diferente, pero con una voluntad clara de apoyar los esfuerzos que realiza la organización», señaló.
A su juicio, la OEA «sigue siendo el espacio jurídico regional donde deben resolverse las diferencias entre los Estados, sobre todo a través del diálogo y el entendimiento».
Por su parte, Insulza, destacó que la presencia de la diplomática «está ligada a recuerdos importantes de esta organización, a momentos muy difíciles de la historia reciente».
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