Una toma de 40 rehenes en una entidad bancaria en la ciudad de Pilar, 50 km al norte de Buenos Aires, culminó tras cinco horas de tensas negociaciones, con la entrega de uno de los asaltantes que había amenazado con hacer detonar una bomba.
«Todas las personas que estaban en el banco se encuentran sanas y salvas y la situación está bajo control», dijo el ministro de Justicia y Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Ricardo Casal.
Especialistas del Grupo Halcón de la Policía Federal encabezaron las negociaciones con el asaltante identificado como Josué Rodríguez Coronel, de 20 años, quien tenía pedido de captura por robos, según una fuente judicial presente en el lugar.
«Que venga el juez y que me den un auto; sino activo la bomba», había amenazado el delincuente en diálogo telefónico con el canal C5N.
La filial del banco ubicada a 20 metros de una comisaría fue rápidamente rodeada por casi un centenar de policías, incluidos de brigadas.