Los restos mortales de los siete ecuatorianos fallecidos en el trágico accidente de tren ocurrido el pasado 23 de junio en la localidad de Castelldefels, en el noreste español, serán repatriados a su país el próximo viernes.
Los féretros serán transportados desde la ciudad de Barcelona hasta Guayaquil, gracias a las gestiones realizadas por la Embajada de Ecuador en España y por la Secretaría Nacional del Migrante (Senami), informó este martes la sede diplomática en un comunicado.
El texto recoge además el encuentro que mantuvieron hoy el embajador ecuatoriano Galo Chiriboga Zambrano con el presidente de la Red de Ferrocarriles Española (Renfe), Teófilo Serrano Beltrán, para interesarse por la marcha de las investigaciones administrativas sobre el accidente ferroviario.
Según el comunicado, Serrano manifestó al diplomático que éstas avanzan con regularidad, dentro de los cauces habituales, y le recordó que probablemente no concluirán antes de la segunda quincena de septiembre.
Las investigaciones administrativas se desarrollan independientemente de la que conduce el juez de Barcelona, que ha decretado el secreto de sumario.
El representante de la Senami en España, Oscar Jara, explicó la semana pasada que, una vez en Guayaquil, los restos de cinco de los fallecidos viajarán hasta la costa del Pacífico ecuatoriano, mientras que los dos restantes serán enterrados en la sierra.
Guayaquil espera los cuerpos de Claudio Javier Mejía Aguas (1986) y Danny Ariosto Cedeño Caina (1985).
En Machala recibirá sepultura Janela Lizeth Luna Correa 1993), en Porto Viejo Franklin Chóez (1989), y en Balzar Rosa María Vivar (1993).
La capital ecuatoriana, Quito, recibirá los restos de Diego Chamorro Pincheo (1986) y San Luis de Pandil los de Eduardo Silva García (1992).
Doce personas resultaron muertas y otras catorce heridas el 23 de junio, cuando un tren arrolló a un grupo de jóvenes que cruzaban las vías tras saltar desde el andén para dirigirse a la playa de Castelldefels.
De las doce víctimas mortales del accidente, siete eran originarias de Ecuador, dos de Colombia, dos de Bolivia y una de Rumanía.
El siniestro, el accidente ferroviario más grave ocurrido en España desde 2003, conmocionó al país por producirse en un contexto festivo con motivo de la celebración de San Juan