Al recurrir ante la justicia una polémica ley antiinmigrante en Arizona, el gobierno de Barack Obama lanza también una clara apuesta para movilizar el voto hispano para los demócratas en las elecciones de noviembre, estiman expertos en Estados Unidos.
La decisión de impugnar fue aplaudida con entusiasmo por organizaciones de defensa de los migrantes y criticada por republicanos conservadores.
Pero lo inquietante para el Partido Demócrata es que la motivación electoral reina en especial entre los republicanos, con un 38% de potenciales votantes que se declaran “muy entusiasmados” ante la cita electoral del 2 de noviembre, frente al 25% de los demócratas.
Las preferencias electorales están muy empatadas a poco menos de cuatro meses de la cita: un 46% de los votantes estaría dispuesto a dar su apoyo a un candidato republicano para el Congreso, un 44% a un demócrata, según un sondeo difundido este miércoles por Gallup.
Hace dos años el sufragio de los hispanos ayudó de forma decisiva al triunfo de Obama: un 67%, 10 millones de personas, votó por él, todo un récord.