El acuerdo logrado esta madrugada en EE.UU. tras veinte horas de negociación ininterrumpida en el Congreso incluye «las mayores protecciones financieras para el consumidor» en la historia del país, a juicio del presidente estadounidense.
En lugar de una serie de agencias supervisoras, ahora habrá sólo una, y las agencias emisoras de tarjetas de crédito y las empresas hipotecarias «tendrán que cumplir las reglas y proporcionar información clara y concisa».
Asimismo, regula por primera vez los mercados de derivados, que manejan 600 billones de dólares al año y que «sacaremos a la luz del día» por primera vez.
La reforma otorga también más poder de supervisión al Gobierno y limita la posibilidad de que los bancos hagan apuestas arriesgadas con sus fondos.