La Cumbre de los países de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y el Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP) sobre temas de indígenas y afrodescendientes comienza hoy en la ciudad ecuatoriana de Otavalo.
Durante dos días la cita reunirá delegaciones de los ocho miembros del ALBA: Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Ecuador, Nicaragua, San Vicente y las Granadinas, y Venezuela, con Guatemala como invitada.
Según definió el canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, el objetivo de esta Cumbre entre mandatarios, gobernantes y autoridades indígenas y afrodescendientes electas, es iniciar un diálogo multinacional sobre la interculturalidad y plurinacionalidad.
Tras largas jornadas de trabajo y una importante inversión social, Otavalo (Valle del Amanecer en lengua kichwa),amanece en un ambiente festivo por coincidir la reunión con la tradicional celebración del Inti Raymi al Sol y la Madre Tierra.
La recién asfaltada avenida Paz Ponce de León, el remozado Coliseo Federico Páez, y otras obras sociales, serán el entorno de la Cumbre, donde los 23 hoteles y hospedajes de la ciudad están totalmente ocupados por unos 300 delegados y varios cientos más entre personal de apoyo y seguridad.
Junto al presidente ecuatoriano, Rafael Correa, está confirmada la presencia de los mandatarios de Bolivia, Evo Morales; de Venezuela, Hugo Chávez, así como de dirigentes de los otros países miembros.
Las delegaciones, sin los Jefes de Estado, llegarán hoy a Otavalo, a 110 kilómetros de la capital, y participarán en la ceremonia inaugural de la reunión con autoridades indígenas y afrodescendientes en el Coliseo Federico Páez, donde el viernes sesionará la Cumbre Presidencial.
Este jueves, los delegados escucharán las conferencias centrales del ministro de Relaciones Exteriores del Estado Plurinacional de Bolivia, David Choquehuanca, y la ministra de Pueblos, Movimientos Sociales y Participación Ciudadana de Ecuador, Alexandra Ocles.
«Colombia es un país soberano y su presidente, legítimamente electo, puede tomar la estrategia que a bien tenga para resolver ese gravísimo problema que es la guerra civil, que no tiene sentido. Si podemos ayudar en algo para una solución pacífica, que cuenten siempre con nosotros nuestros hermanos colombianos», subrayó Correa.
No obstante, enfatizó en que, «si el presidente electo de Colombia y su Gobierno eligen la vía armada, es su decisión soberana, pero tienen que cuidar la frontera para no involucrarnos en un problema que nos duele, pero que no es nuestro».