Una persona denunció que se estaba dando tráfico de personas en un camión de semirremolque en San Antonio, Texas. Cuando la policía revisó el camión no se esperaba un descubrimiento tan funesto. 39 personas hacinadas en el camión, diez de las cuales ya habían fallecido. Allí fueron transportados, ocultos en pésimas condiciones.
Estaban tan atestados los ocupantes que se tomaban turnos para respirar por un agujero. El desmayo llegó a algunos de ellos y señalan que golpeaban el camión para que el conductor se detenga y haga algo, pero este siguió adelante.
El conductor, James Matthew Bradley Jr., dijo a los investigadores federales que no tenía ni idea de que docenas de inmigrantes indocumentados estaban dentro del camión que conducía. El hombre de 60 años, y de Florida, fue acusado el lunes de transportar conscientemente a inmigrantes indocumentados.
El camión fue encontrado estacionado en un Walmart en San Antonio el domingo por la mañana, después de que un empleado de la tienda llamara a la policía. Ocho personas en el camión ya estaban muertas, y otras dos murieron después de ser hospitalizadas. Entre ellos, se ha identificado a cuatro ciudadanos mexicanos y uno guatemalteco. Mientras que decenas de más resultaron gravemente heridas, y muchas sufrirán de «daño cerebral irreversible», dijo el jefe de bomberos de la ciudad. Entre los hospitalizados, 21 son mexicanos, dos son nacionales de terceros países y de seis no se ha confirmado su nacionalidad.
¿El conductor desconocía del tráfico de personas?
Bradley informó al oficial que el remolque que estaba transportando había sido vendido y que estaba transportando el remolque de Schaller, Iowa, a Brownsville, Texas, «en la frontera con México», según la denuncia federal. Bradley dijo que iba a entregar el camión a su nuevo propietario en Brownsville a petición de su jefe, pero que no tenía ni plazo ni dirección de entrega.
Pat Sullivan, portavoz de Blue Beacon Truck Wash, dijo a CNN que el camión fue lavado en las instalaciones de la compañía en Beltway Parkway en Laredo a las 11:58 am del sábado. Sullivan dijo que los conductores normalmente pagan dentro de la instalación y luego los trabajadores lavan el camión, lo que toma unos 20 minutos.
Los empleados que lavaron el camión no reportaron haber escuchado ruidos desde dentro del remolque o notar algo extraño sobre el camión. «Bradley dijo que no estaba al tanto del contenido y/o carga», dice la denuncia, hasta que estacionó el remolque en el Walmart y salió a orinar. Ahí fue cuando oyó movimientos en el remolque, dijo el conductor a los investigadores.
Abrió las puertas y fue entonces cuando vio a los inmigrantes. Cayó al suelo, dijo Bradley, según los documentos judiciales.
Dijo que vio cuerpos que yacían en el suelo «como si fueran carne». El conductor sabía que el sistema de refrigeración del remolque no funcionaba y que los cuatro orificios de ventilación probablemente estaban obstruidos. Entonces llamó a su esposa.
Odisea migrante
Un hombre de México, que cruzó la frontera a través de Laredo, Texas, dijo que él y su hermano viajaron un día antes de subir al remolque. Otro hombre dijo que pasó casi 11 días en una «casa escondite» de Laredo con más de dos decenas de migrantes antes de emprender su viaje en el camión.
Mientras que otros declararon haber pagado unos 12.500 pesos (707 dólares) por protección y un paseo en balsa por una parte profunda del Río Grande. Después de cruzar por la noche, «caminaron hasta el día siguiente», dice el documento judicial. Al día siguiente, su grupo fue recogido en un camión plateado de Chevrolet Silverado y subieron al remolque, que ya tenía unas 70 personas en el interior, según la denuncia.
«Le dijeron que entrara y lo llevarían más tarde esa noche. Los contrabandistas cerraron la puerta y el interior del remolque se volvió negro y ya estaba caliente por dentro». No tenían comida ni agua. Doce horas más tarde, fueron trasladados a otro remolque, dijo el hombre. Algunas personas tenían problemas para respirar y se desmayaron.
Cuando el remolque finalmente frenó más fuerte para detenerse, algunas personas se cayeron porque estaban muy débiles, dijo el hombre. Cuando la puerta se abrió, había seis camionetas negras esperando para recoger a la gente, pero rápidamente se llenaron y se fueron.
El hombre dijo que una vez que llegó a San Antonio, se suponía que debía pagar a sus contrabandistas 5.500 dólares. Pero en lugar de eso lo llevaron a un hospital, gravemente herido del viaje.
Fuente: CNN