Primero que nada, ¿qué es el upskirting? Una moda digital, muchos le dirían perversión, que consiste en tomar fotos por debajo de las falda a chicas, sin su permiso. Lo hacen usualmente con el celular a la entrepierna de chicas que tienen faldas cortas. Muchas veces ellas no se dan cuenta, pues la cámara está situada muy discretamente (por ejemplo en los zapatos) o es un movimiento tan rápido que puede pasar desapercibido.
Por eso, cuando a Gina Martin un hombre le tomó una foto por debajo de la falda sin su consetimiento, ella no dudó en denunciarlo a la policía.
Muchas fotos terminan en internet, subidas a portales que se dedican a mostrar el upskirting. Al ser considerado una variante del porno, resulta un gran negocio por la gran audiencia que atraen los temas relacionados con sexo.
El caso de Gina no prosperó, así que se movilizó virtualmente, y allí obtuvo la difusión necesaria para detener estos abusos.
¿Cómo pasó el upskirting a Gina?
Ella cuenta que el 8 de julio estaba con su hermana mayor en un festival de música en Hyde Park en Londres. A su lado había dos hombres, que después de ofrecernos papas fritas (que ella aceptó) comenzaron a comportarse de manera muy extraña. Uno de ellos, de pelo oscuro, la miraba de arriba a abajo y se burlaba con su amigo, que era rubio y más alto. De un momento a otro comenzó a frotar su cuerpo contra el de Gina y allí habría puesto el teléfono entre sus piernas, con la cámara apuntando hacia arriba. Entonces tomó la foto a plena luz del día. En ese momento no se dio cuenta, pero mientras miraba el escenario notó que el rubio miraba una foto en su celular, mientras se reía. Esa foto era la entrepierna de alguna mujer. Entonces relacionó todo e dedujo que era la suya. Agarró el teléfono y empezó a gritar que le habían tomado una foto debajo de la falta. El tipo enojado le pidió el celular de vuelta, diciendo que era una foto del escenario.
Gina pidió ayuda, le pasó el teléfono a otra chica, mientras otro chico le dijo que corra, pues el tipo rubio la perseguía. Llegó al grupo de equipo de seguridad que enseguida la cubrió al ver que alguien la perseguía. El rubio insistía que nunca había tomado la foto, los guardias llamaron a la policía. Llegaron dos agentes comprensivos. Uno de ellos me dijo que «uno debe poder ir con una falda a un festival de música donde hace 30 grados y que nada de esto le ocurra».
Pero después de interrogarnos por separado, el policía hombre me dijo, como disculpándose:
«Lastimosamente tuve que ver la foto. Muestra más de lo que quisieras mostrar, pero no es gráfica. Así que no es mucho lo que podemos hacer, porque no puedes ver algo que consideremos malo o perjudicial».
Y remató: «Voy a ser honesto: tal vez no te llamemos para seguir adelante con el caso, no podemos ayudar mucho».
Por llevar ropa interior no podía hacer la denuncia, lo cual deprimió mucho a Gina. De paso la policía hizo borrar la foto, quedándose sin evidencia. Luego cerraron el caso.
Cinco días después en otro festival, el Latitude, Gina se preguntó si debía poner faldas en la maleta, lo cual le recordó toda la humillación pasada. Allí decidió contar lo ocurrido en su Facebook jjunto a una foto donde aparecías los tipos de fondo. El post fue viral.
Y recibió testimonios de mujeres que habían pasado lo mismo, dándose cuenta de que no era algo aislado. También recibió mensajes dolorosos, pues había quienes le decían mentirosa y que había sido su culpa que le hubieran tomado esas fotos por no ir con faltas más largas o jeans. Fue terrible para Gina, perdió el apetito y el sueño.
Tras pensarlo mejor, no quiso dejar las cosas allí, hizo una petición en Care 2 para que el caso se reabriera. Hasta ahora, mi entrada tiene más de 50.000 firmas. Se dio cuenta de que el upskirting no es considerado delito sexual y desea que eso cambie. En Escocia esa práctica ya es considerada una ofensa sexual y espera que en Inglarra también se lo logre. Su caso fue reabierto.
Fuente: BBC