En un mundo donde se critica el ideal de un muro de México con EE.UU. y otros lo aprueban, Turquía construye los suyos y bajo el discurso de protegerse de amenazas de países vecinos, ha comenzado a levantar una pared de hormigón en parte de la frontera de más de 500 km que comparte con Irán.
Se prevé que el nuevo muro tendrá 144 kilómetros de longitud, dos metros de grosor y tres metros de altura, según recogió la agencia Dogan. De acuerdo al gobierno de Ankara se busca frenar la posible entrada ilegal al país de milicianos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y de traficantes. El PKK es considerado «organización terrorista» por Turquía, Europa y Estados Unidos. No obstante su organización hermana en Siria, las Unidades de Protección Popular (YPG), son las mejores aliadas estadounidenses en la guerra contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI), al liderar la ofensiva sobre Raqqa.
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Como se mencionó anteriormente no es el primer muro que tiene Turquía en sus fronteras, pues tiene prácticamente terminado uno cuya construcción de 828 km (van 690 km) empezó hacia dos años en la frontera con Siria. El presidente Recep Tayyip Erdogan justificó el levantamiento de esta barrera como una medida de seguridad para evitar la entrada al país de elementos del EI, entonces muy activos en las proximidades del territorio turco. Y efectivamente ya no hay presencia del EI en la frontera, pero sí de las YPG kurdas, que cada día son más fuertes gracias al apoyo militar que reciben por parte de Washington.
Erdogan había prometido blindar las fronteras que comparte Turquía con Irán e Irak con muros similares al levantado en la línea que les separa de Siria. Otro país que tiene similar política es Israel, que cuenta con muros o barreras de separación con Egipto, Líbano, Jordania, Siria y los territorios palestinos.
Fuente: ABC