Las clases en modalidad virtual que se vieron obligadas a implementarse por la llegada del Covid-19, ha arrojado según estudios, ser un problema serio en el Ecuador.
El estudio fue elaborado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), y en él, se realizó una encuesta que contó con la participación de 7.174 estudiantes y profesores de todo el país.
Entre ellos, niñas, niños y adolescentes en su actual proceso educativo, consideran que han aprendido menos durante el último año escolar, un 60% para ser exactos.
Esto se explica, en parte, porque apenas 2 de cada 10 niños tiene acceso a un dispositivo adecuado para recibir clases virtuales y el 84,3% de familias sufrió alguna reducción en sus ingresos.
El representante de Unicef en Ecuador, Joaquín González, dice:
“La situación económica que vive el país ha ocasionado que 90.000 niños abandonen la escuela”.
Sin embargo, la pandemia impulsó la conectividad a Internet, reconoce González. La encuesta calcula que la educación en casa permitió que el 78% de los estudiantes tenga acceso a este servicio.
Aunque “no siempre con una buena conectividad. Una mejor conectividad ayuda a que los niños permanezcan en la escuela”.
CLASES SIN MAESTROS
Por otra parte, otra de la problemática que se refleja en el estudio de Unicef, es la pérdida de comunicación que han tenido los alumnos con sus profesores.
El organismo señala que el 15% de estudiantes no tiene un contacto habitual con sus docentes.
Una de las posibles causas es que muchos niños han tenido que trabajar para ayudar a sus familias y eso les impide conectarse a sus clases, o tener contacto con el profesor en otros horarios.
Para Joaquín González, la encuesta también sacó a la luz un problema poco atendido: el rezago escolar.
González señala:
“Más de 187.000 niños no tienen el nivel de aprendizaje que deberían tener a su edad”.
REGRESO A CLASES PRESENCIALES
Ante los resultados que arrojó la encuesta, Unicef sugiere que las escuelas estudien opciones para reabrir sus puertas a las clases presenciales lo antes posible.
El representante de Unicef, Joaquín González, dice que:
“Por ejemplo, un niño que recibe clases en casa no puede mantener tanto tiempo la concentración frente a una pantalla. A la media hora pierde el interés”.
Es por eso que es necesario estudiar alternativas “con las medidas de bioseguridad necesarias. No decimos que los estudiantes regresen a las aulas todos los días, quizá uno o dos días a la semana porque es insostenible mantener a largo plazo las clases en casa”.
González también considera que los maestros deberían ser considerados como un grupo prioritario para recibir la vacuna. “De esta forma es más fácil regresar a las aulas”.
(Fuente: Primicias)